Ciudad de México.- La presidenta del Senado de la República, Laura Itzel Castillo Juárez, afirmó que el Movimiento Estudiantil de 1968 permaneció como un referente moral y que, a más de medio siglo de esos hechos, se registraron avances significativos que permitieron vivir en una nación con libertades de pensamiento y organización.

Reflexión sobre el 2 de octubre

Contexto histórico

La senadora señaló que conmemorar el 2 de octubre implicó recordar un México diferente al actual, en el que la pobreza, el autoritarismo y la represión marcaban la vida cotidiana. Recordó que disentir era peligroso y que soñar con un país más justo significaba persecución. Subrayó que la memoria constituye un acto de justicia que obliga a no repetir la historia y a seguir la lucha por un México en el que no se persiga a quien piensa diferente.

Castillo Juárez evocó que la juventud de entonces salió a las calles exigiendo democracia y libertad, pero recibió como respuesta la violencia y la masacre de Tlatelolco, una herida que permanece en la memoria colectiva del país.

Reconocimiento oficial y disculpas públicas

Acciones del Estado mexicano

La senadora destacó que la búsqueda de reconocimiento de los acontecimientos en Tlatelolco tuvo resultados tangibles. Mencionó que el Estado mexicano reconoció su responsabilidad y ofreció disculpas oficiales tras cinco décadas. Resaltó que la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo inició su administración con un acto relevante al reconocer que los hechos de violencia ocurridos el 2 de octubre de 1968 contra integrantes del movimiento estudiantil constituyeron un crimen de lesa humanidad y ofreció así una disculpa pública a las víctimas, a sus familiares y a la sociedad mexicana.

Asimismo, recordó que hace un año solicitó a la Presidencia del Senado emitir una disculpa al pueblo de México por el silencio con el que la XLVII Legislatura convalidó la actuación del Estado mexicano en los crímenes de lesa humanidad cometidos contra las personas que participaron en el Movimiento Estudiantil de 1968.

Compromiso con la memoria

Castillo Juárez concluyó que esta fecha convocó a no olvidar lo ocurrido el 2 de octubre de 1968 en Tlatelolco y a continuar trabajando, desde cada ámbito, por una nación cada vez más libre y tolerante.

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