- Una reciente reseña expone las razones para condenar al Clásico de Disney.
Por Angélica Rangel
El pasado viernes 30 de abril, Disneyland reabrió sus puertas al público después de más de un año sin operaciones a causa de la crisis sanitaria por COVID-19. En el marco de esta reapertura, además se inauguró una versión renovada de la antigua atracción “Snow White’s Scary Adventure”, ahora llamada “Snow White’s Enchanted Wish”, inspirada en el primer largometraje animado de Walt Disney.
Por otro lado, si bien ha sido alabado por sus mejores tecnologías, hay una controversia que este paseo no ha podido sortear: la escena del beso final entre Blanca Nieves y el Príncipe Azul”.
Recordemos que en la película animada de 1937 —por culpa de su malvada madrastra quien le da una manzana envenenada— Blanca Nieves cae víctima de un sueño eterno, del cual finalmente logra despertar gracias al “beso de amor verdadero”. por parte de su encantador pretendiente.
Este emblemático momento fue retomado a modo de conclusión para la atracción Snow White’s Enchanted Wish de Disneyland; una culminación definitivamente más benévola que el de la versión anterior del paseo, donde los asistentes veían morir horrorizados a la bruja malvada. Sin embargo, no faltó quien igualmente se horrorizó con el nuevo final, donde el príncipe besa a la protagonista mientras ella yace inconsciente.
En un reciente artículo de SF Gate, las reseñistas de parques temáticos Katie Dowd y Julie Tremaine justamente hablaron de ese momento cumbre de la atracción como su elemento más problemático. No exclusivamente por tratarse —desde su perspectiva— de una falla de Disneyland, sino en general porque aquella supuesta muestra de amor verdadero no es tal, considerando la evidente falta de consenso entre ambas partes (el Príncipe Azul y Blancanieves).
“(Es) un beso que él le da sin su consentimiento mientras ella duerme, que no puede ser amor verdadero si sólo una persona sabe lo que está sucediendo. ¿No hemos acordado ya que el consentimiento en las primeras películas de Disney es un problema importante? ¿Que enseñar a los niños que besar, cuando no se ha establecido si ambas partes están dispuestas a participar, no está bien?”, expresan Dowd y Tremaine en su texto.
El artículo además hace mención de otras atracciones de Disneyland que anteriormente han suscitado polémica —en su caso, por representación negativa de pueblos indígenas o de afroamericanos— y para las cuales ya se garantizó una solución.
En ese sentido, las autoras encuentran incomprensible que una empresa como Walt Disney remedie algunos mensajes anticuados, pero mantenga la vigencia de otros.
“Es difícil entender por qué Disneyland de 2021 elegiría agregar una escena con ideas tan anticuadas de lo que un hombre puede hacer con una mujer, especialmente dado el énfasis actual de la compañía en eliminar escenas problemáticas de atracciones como Jungle Cruise y Splash Mountain», puntualizan. «¿Por qué no volver a imaginar un final de acuerdo con el espíritu de la película y con el lugar de Blancanieves en el canon de Disney, pero que evita este problema?”
En materia de besos no consensuados, es importante recordar que el plan original de The Walt Disney Studios para la película Blanca Nieves y los siete enanos, donde (como puede siguiente bosquejo) se pretendía que, durante su primer encuentro en el bosque, el Príncipe Azul le robara un beso a Blanca Nieves. Esta idea terminó por ser descartada.

“Era demasiado para un príncipe”, llegó a comentar Fox Carney, gerente de investigación en la Biblioteca de Animación de Walt Disney. “El público podía pensar que ‘si fuera Blanca Nieves y el Príncipe me besa sin pedirme permiso, le abofetearía’. No era la historia que querían contar”.