Por Ricardo González Amaro
Chile.- El ultraderechista Partido Republicano, partidario de mantener la actual Constitución, se impuso este domingo (07.05.2023) en las elecciones constituyentes de Chile con el 35,95% de los votos, según el 17,8% de los votos escrutados.
El partido está liderado por José Antonio Kast, quien perdió contra el presidente Gabriel Boric en las elecciones de 2021 y es un defensor acérrimo del modelo neoliberal instaurado en Chile por la dictadura militar (1973-1990).
En segundo lugar, quedaría la lista oficialista Unidad para Chile (26,9 %) y en tercer lugar la derecha tradicional, aglutinada en la lista Chile Seguro (21,9 %).
Durante esta jornada, Chile escoge a los 50 consejeros (25 hombres y 25 mujeres) que redactarán una nueva propuesta de Carta Magna; sin embargo, muchos de los electores participan de la elección con cierto desinterés.
La gran novedad de este segundo intento por renovar la Constitución, después del rechazo con un 60 por ciento de la propuesta anterior, es la participación de un grupo de 24 expertos designados por el Parlamento, que tienen como misión elaborar un borrador que sirva de base a los 50 consejeros.
Otra de las particularidades es la existencia de 12 principios básicos acordados a priori por los partidos para evitar una propuesta refundacional como la anterior, que incluyen la declaración de Chile como un “Estado social y democrático de derecho”, la indivisibilidad de la “nación chilena” o el sistema bicameral.
El presidente de Chile, Gabriel Boric, pidió al ultraderechista Partido Republicano actuar con sabiduría y templanza tras su apabullante triunfo en las elecciones constituyentes.
En cadena nacional, el mandatario pidió no cometer los mismos errores de la izquierda durante el primer proceso constitucional que fracasó el pasado septiembre cuando el 62 por ciento de los chilenos rechazó la primera propuesta de Carta Magna.
Por otra parte, el Consejo Constitucional recibirá, para su revisión y ajustes, un texto elaborado previamente por expertos con 12 principios esenciales que no podrán ser modificados, por ejemplo, el que consagra a Chile como una economía de mercado con participación estatal y privada.