• ¿Se hizo justicia? 

Por Angélica Rangel 

En un hecho sin precedentes, fue asesinado el mayor cazador furtivo de Sudáfrica. El hombre conocido con los apodos de “Mr. Big” o “Mshengu”, era un magnate vinculado con la caza de rinocerontes. 

El asesinato a sangre fría ocurrió a plena luz del día en un estacionamiento de Mpumalanga, provincia sudafricana. Un grupo armado disparó contra el auto donde se encontraba Petros Sidney Mabuza, el pasado jueves 17 de junio. 

Diferentes medios internacionales hicieron eco del crimen, de quien era considerado el mayor capo de la caza furtiva de rinocerontes en Sudáfrica. 

“Mr. Big” era un mafioso que tenía vínculos con la política y las fuerzas de seguridad de ese país. No solo era un cazador furtivo de rinocerontes, sino que tiene un prontuario vinculado con delitos diversos.   

Fue una semana antes cuando se confirmó su muerte, después de recibir una serie de disparos en su vehículo. Lo confirmó Leonard Hlathi, portavoz del Servicio de Policía Sudafricana, aunque no dio mayores detalles sobre la investigación.  

El crimen ocurrió en la localidad de Hazyview y la policía identificó un total de 17 disparos en su vehículo. Pese a recibir atención médica, el cazador furtivo de rinocerontes falleció en camino al Hospital Kiaat, en Mbombela. 

El hombre recibió un disparo a plena luz del día en la ciudad, frente a la gente y creemos que la gente ha visto y conoce a los sospechosos. Pedimos al público que se ponga en contacto con la policía de forma anónima”, declaró el jefe de la policía de Sudáfrica. 

https://twitter.com/RiotAndAttackSA/status/1405556330228817926

La policía investiga una pista vinculada con un ajuste de cuentas de grupos pandilleros de ese país africano. Mientras tanto, grupos ambientalistas no se han lamentado por la partida de este verdadero enemigo de los rinocerontes. 

Jamie Joseph, de la organización Saving the Wild declaró lo siguiente:  

“He visto su cara y puedo confirmarlo. Mabuza está muerto…hoy se ha hecho justicia en la calle”.  

El cazador furtivo de Sudáfrica, tenía contactos importantes que habían impedido que fuese juzgado por el tráfico y asesinato de rinocerontes. 

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