El expresidente uruguayo muere tras una larga lucha contra el cáncer
Su legado de humildad, justicia social y coherencia sigue inspirando al mundo
Montevideo.- Falleció José “Pepe” Mujica, expresidente de Uruguay y figura emblemática de la izquierda latinoamericana, la mañana de este martes a los 89 años en su chacra de Rincón del Cerro, en las afueras de Montevideo. La causa de su muerte fue un cáncer de esófago diagnosticado en abril de 2024, que se agravó con metástasis hepáticas y una enfermedad autoinmune preexistente. En enero de 2025, Mujica anunció públicamente que había decidido suspender los tratamientos y recibir cuidados paliativos.
De guerrillero tupamaro a presidente reformista
Mujica fue miembro del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros en los años 60 y 70, por lo que pasó casi 15 años en prisión durante la dictadura militar uruguaya. Tras su liberación en 1985, se incorporó al Frente Amplio y ocupó cargos como diputado, senador y ministro de Ganadería. En 2010, asumió la presidencia de Uruguay, cargo que desempeñó hasta 2015. Durante su mandato, impulsó reformas progresistas como la legalización del matrimonio igualitario, la despenalización del aborto y la regulación del mercado de la marihuana.
Un estilo de vida austero y coherente
Conocido como “el presidente más pobre del mundo”, Mujica rechazó los lujos del poder: vivía en una modesta chacra, conducía un Volkswagen Beetle de 1987 y donaba la mayor parte de su salario a causas sociales. Su discurso en la ONU en 2013, donde afirmó que “la riqueza es tiempo, no dinero”, lo convirtió en una figura admirada internacionalmente por su coherencia y humildad.
Reacciones y homenajes internacionales
La noticia de su fallecimiento generó una ola de condolencias en América Latina y el mundo. Líderes como Gabriel Boric (Chile), Gustavo Petro (Colombia), Claudia Sheinbaum (México) y Pedro Sánchez (España) destacaron su legado de integridad y compromiso social. El gobierno uruguayo decretó tres días de duelo nacional y anunció un funeral de Estado para el 14 de mayo.
José Mujica deja un legado imborrable como símbolo de honestidad, sencillez y lucha por la justicia social. Su vida y obra seguirán inspirando a generaciones futuras en Uruguay y más allá.
Pepe Mujica, el campesino que habló al mundo
José Mujica nació el 20 de mayo de 1935 en Montevideo. Hijo de una familia humilde, fue floricultor antes de convertirse en revolucionario. Tras años en prisión en condiciones infrahumanas, emergió sin odio, con una visión política cimentada en la paz, la equidad y la sencillez. Durante y después de su mandato presidencial, habló con la misma naturalidad ante campesinos que ante líderes mundiales.
Mujica nunca abandonó su vida sencilla ni sus convicciones. Hablaba con frases breves, cargadas de sabiduría popular: “El poder no cambia a las personas, solo revela quiénes son realmente”. Fue un político atípico, que vivió como pensaba y pensó siempre en los demás.
Hoy, el mundo despide no solo a un exmandatario, sino a un símbolo viviente de que la política también puede ser ética, humana y profundamente transformadora.