• El grupo de los 7 ya está planeando contrarrestar a China… al menos en nivel económico.

Por Angélica Rangel

El sábado pasado el G7 intentó contrarrestar la creciente influencia de China ofreciendo a las naciones en desarrollo un plan de infraestructuras que competirá con la iniciativa multimillonaria de la Franja y Ruta del presidente Xi Jinping.

Los líderes de las potencias más ricas del mundo están reunidos en el suroeste de Inglaterra, buscando una respuesta acertada al creciente movimiento de Xi Jinping, después del surgimiento económico y militar que el “Gigante Asiático” ha tenido durante los últimos 40 años.

Joe Biden, presidente de Estados Unidos, y otros líderes del G7 esperan que su plan, conocido como la iniciativa “Reconstruyamos un Mundo Mejor” (B3W), proporcione una asociación transparente de infraestructuras para ayudar a reducir los 40 billones de dólares que necesitan los países en vías de desarrollo para 2035, mencionó la Casa Blanca.

“No se trata solo de confrontar o enfrentar a China”, dijo el alto funcionario del gobierno Biden. “Pero hasta ahora no hemos ofrecido una alternativa positiva que refleje nuestros valores, nuestros estándares y nuestra forma de hacer negocios”.

¿De qué va la iniciativa que propone el G7?

La iniciativa que utilizará el G7 y sus aliados se basa en movilizar capital del sector privado en áreas como el clima, la salud y la seguridad sanitaria, la tecnología digital y la equidad e igualdad de género.

No sabemos como funcionará exactamente el plan o cuánto capital se asignará en última instancia. El plan de la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China, que se lanzó en 2013, involucra iniciativas de desarrollo e inversión que se extenderían desde Asia hasta Europa y más allá.

Han sido más de 100 países los que han firmado acuerdos con Pekín para cooperar en proyectos como ferrocarriles, puertos, carreteras y otras infraestructuras.

Los críticos dicen que el plan de Xi de crear una versión moderna del antiguo camino comercial de la Ruta de la Seda para unir China con Asia, Europa y más allá es un vehículo para la expansión de su sistema comunista. Por otro lado, Pekín dice que esas dudas delatan la “resaca imperial” de muchas potencias occidentales que humillaron a China durante siglos.

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