• Este mayo de 2021 el dióxido de carbono alcanzó cifras elevadas, aún en pandemia.

Por Rosa Lealde

Al inicio de la pandemia por COVID-19, vimos un leve progreso ambiental en el que especies que se creían extintas en algunos lugares regresaban a sus hábitats originales, así como una mejora en la calidad del aire; sin embargo, en mayo de 2021, la tasa de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera alcanzó su nivel más alto desde que comenzó a medirse hace 63 años.

Según expertos del observatorio de Maua Hawái, desde 1958, año en el que se comenzó a medir el CO2, cada año mayo es el mes en el que se registra una mayor cantidad de dióxido de carbono en la atmósfera, pero ahora se esperaba una baja este año como efecto de la pandemia.

“En los datos no se encontró ninguna señal discernible de la disrrupción causada en la economía mundial por la pandemia de coronavirus, señaló la NOAA.

Según pruebas científicas, el nivel de CO2 actual sólo es comparado con el que se tenía en la Tierra hace 4.1 y 4.5 millones de años, claro que en aquel entonces las condiciones ambientales eran distintas, los mares eran más altos y la Antártica tenía grandes bosques.

Claramente, esta creciente ola de contaminación preocupa a los científicos, quienes advierten que no podemos seguir con este tipo de incremento en los niveles de CO2, pues terminaría siendo catastrófico y contraproducente para la vida en el planeta.

“Cada año agregamos 40 mil millones de toneladas métricas de polución de CO2 en la atmósfera. Si queremos evitar un catastrófico cambio climático, la prioridad más alta debe ser reducir a cero la polución con CO2 lo antes  posible. La solución está ante nuestros ojos. La energía solar y la eólica ya son más baratas que los combustibles fósiles y funcionan a las escalas necesarias. Si tomamos medidas reales pronto, aún podríamos evitar un cambio climático catastrófico”, puntualizó el especialista de la NOAA, Pieter Tans.

Comentarios

Comentarios