Por Ricardo González Amaro

Malang, Indonesia.- Al menos 174 personas, entre ellas 17 niños han muerto, y alrededor de 300 han resultado heridas en la región javanesa de Malang, (Indonesia) como consecuencia de los disturbios registrados en el estadio de Kanjuruhan, tras el partido de fútbol disputado entre los equipos del Arema FC y el Persebaya Surabaya la noche del pasado sábado, en uno de los desastres de estadios más mortíferos de todos los tiempos en el mundo del balompié.

Seguidores del Arema FC y su rival Persebaya Surabaya, los equipos de fútbol más importantes de Indonesia, se enfrentaron en las gradas después de que el equipo local, Arema FC fuera derrotado por 3-2.

Miles de fanáticos de dicho equipo saltaron al campo y fuerzas de seguridad respondieron a la invasión de campo con el uso de gases lacrimógenos que ocasionaron una enorme estampida humana, misma que causó casos de asfixia, informó el jefe de policía de Java Oriental, Nico Afinta, durante una conferencia de prensa posterior al evento.

Fue el mismo jefe de la policía quien agregó que dos policías también estaban entre los muertos, y que aplastamientos ocurrieron cuando los fanáticos huían hacia una puerta de salida.

En videos que circulan dentro de redes sociales se muestra que el nivel de violencia llegó a todos los rincones del estadio y sus inmediaciones, por lo que intervinieron las fuerzas armadas de Indonesia para calmar los ánimos.

El presidente de Indonesia, Joko Widodo, también conocido como Jokowi, ordenó que para el domingo se suspendieran todos los partidos de la liga hasta que se completaran las investigaciones.

“Le he pedido especialmente al jefe de policía que investigue y llegue al fondo de este caso. La deportividad, la humanidad y la hermandad deben defenderse en Indonesia. Lamento esta tragedia y espero que sea la última que ocurra en el fútbol de Indonesia. No podemos tener más de esto en el futuro”. declaró Jokowi en un discurso televisado.

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