Por: Anai Ruiz

Noches en las que el cielo brilla a gran escala, pero no por las estrellas y la luna.

Noches en las que perduran gritos, pero no de felicidad. Noches en las que la gente se reúne, pero no para merendar.

Noches y días en las que soldados acordonan la zona para defender.

La resistencia que no tendría por qué serlo, pero que le toca asumir su responsabilidad por la falta de humanidad del atacante, por la ausencia de paz que hay del otro lado de un tanque cargado de municiones, por la falta de empatía y de respeto por parte de un presidente que no asume su cargo.

Mañanas, tardes y noches en Ucrania en las que antes de la paz, está la guerra. ¿Qué necesidad tienen los ciudadanos de escapar, de esconderse? El miedo se propaga por todas los continentes, no conoce raza, edad o nacionalidad. Todos quieren salir, sin embargo, hay quienes no tienen la posibilidad y los recursos. Por ello los gobiernos deben buscar alternativas para velar por la protección de los ciudadanos.

México es uno de los gobiernos que busca evacuar a sus connacionales para salvaguardar la integridad física de los ciudadanos. Un vuelo de Rumania que da ¡Esperanza! Un vuelo que representa ¡Apoyo! Pero, el apoyo no tendría por qué presentarse en ¡Una guerra!

Lamentablemente tras varias décadas de paz, combates y muertes es de lo único que se habla en los noticieros en pleno siglo XXI. ¿Qué está pasando con los valores de los presidentes?

Explosiones, misiles, tanques, bombardeos es sinónimo de ¡MUERTE! ¡GUERRA! ¡AUSENCIA DE PAZ! Y ¡FALTA DE RESPETO!

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