Ciudad de México.- Casi un millón de niñas gambianas han sufrido la ablación del clítoris y, en algunos casos, la sutura de la abertura vaginal. Y las han amenazado con hacerlo de nuevo si hablan de ello.

Aunque Gambia prohibió esta práctica atroz en 2015, hoy su Parlamento quiere volver a despenalizar la mutilación genital de niñas y bebés. Y la decisión está en manos de los hombres, que representan el 91% del Parlamento.

Hay menos de 90 días para impedírselo. Al gobierno de Gambia le interesa proteger tanto su imagen internacional como su pujante economía derivada del turismo, y las organizaciones del país sostienen que el rechazo internacional podría influir enormemente.

La legislación es fundamental para erradicar esta horrorosa práctica que atenta contra los derechos de las niñas: el pasado mes de agosto, la ley existente ayudó a que tres mujeres fueran condenadas en Gambia por practicar la mutilación genital femenina. Por esta razón, algunos políticos están empeñados en derogar la prohibición, conscientes de su gran impacto.

El 20% de la economía de Gambia procede del turismo y el país trata de construir una imagen de democracia emergente. Por eso al gobierno le interesa proteger su reputación internacional a toda costa.

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