Primero Editores / Ingrid Ahumada M.
Metepec, México.- Con sus manos moldea piezas de barro crudo en honor a la muerte pero llenas de vida, paso a paso define el cuerpo, el cráneo, un vestido con sus respectivos detalles y lo que probablemente será un sombrero, así puede pasar horas o quizá toda la noche Javier Carrillo, artesano metepequense que destaca por impregnar detalles minúsculos pero de gran potencia en cada una de sus piezas.
A diferencia de otros artesanos destacados de Metepec, a los 15 años por interés e iniciativa propia, y no porque algún familiar se haya dedicado del todo a la elaboración de artesanías en barro, se acercó y aprendió en la práctica todo lo que ahora aplica en sus creaciones.
En entrevista, comentó que aunque la elaboración de este tipo de piezas no es una actividad que haya heredado de sus padres o abuelos, éstos en algún momento de su vida elaboraron cazuelas o tlapitzales (flautas en forma de animales), lo que abandonaron pues las ganancias eran pocas y no suficientes para mantener a la familia.
Fue así que, con la deserción de la familia por trabajar con barro, tuvo que aprender con amigos desde lo básico, que es moler con metate el barro en la calle hasta comenzar a hacer los cuerpos de las figuras que es la parte más compleja.
Sus piezas, no se limitan a catrinas, pues elabora desde nacimientos hasta ángeles, esculturas minimalistas y diseños bajo pedido, lo único que no produce son piezas repetidas, pues asegura que cada una de las entregas tiene su propia historia.
“De muchas he aprendido bastante, por ejemplo: me di cuenta que no podría vivir del arte abstracto o el minimalista, pero jamás vendí ninguna y las terminé regalando o incluso tirando”, contó.
El artesano indicó que en esta temporada los clientes le piden en su mayoría catrinas, pues se convirtieron en casi un emblema del Pueblo Mágico en donde vive, aunque trata de darles un toque especial, por ejemplo: ponerles pasión, una especie de arte, concentrar mucho de la cultura mexicana y sobre todo, amor a cada una de las piezas.
“Sé que mis hijos no van a continuar con este oficio y aunque para mí es una forma de vida, la verdad es que trascender es muy complicado, porque cuando te consolidas ya puedes vender, mientras hay que esperar demasiado para lograr clientes”.
Una de sus piezas emblemáticas es la inscrita este año para el concurso CatrinArte que organiza el ayuntamiento de Metepec, esta pieza es una catrina de barro, con terminado en color crudo, que mide casi metro y medio e inicia con un sombrero decorado con las figuras de una banda de música, dice que es la principal porque los mexicanos siempre acompañan todo tipo de festejo con música.
Le siguen unos aretes en forma de catrines hombre y mujer, que representan el bien y el mal. Además, en la mano derecha, la catrina porta la tradicional calavera del grabador y caricaturista José Guadalupe Posadas, emblema de México; mientras que en la mano izquierda porta una catrina con la vestimenta que distinguió las pinturas de Diego Rivera.
La estola del vestido es el camino de velas por el que -dijo- transitan las almas cuando dejan el mundo terrenal, mientras que al interior de la falda se observa un panteón con el que representa las tradiciones mexicanas como la velación de los fieles difuntos en los panteones.