Toluca, Méx.- La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) define a las personas ocupadas en el trabajo doméstico remunerado como aquellas que prestan su servicio en labores de aseo, asistencia, así como en las relacionadas al hogar de una persona o de una familia, a cambio de una remuneración económica.

El personal ocupado en trabajo doméstico remunerado incluye a personas empleadas domésticas, cocineras, choferes, a cuidadoras de personas, vigilantes, lavanderas, planchadoras, así como a quienes se dedican a la jardinería en casas particulares.

Al tercer trimestre de 2023, los resultados de la ENOE mostraron que, de la población ocupada de 15 años y más, 2.5 millones de personas estaban ocupadas en el trabajo doméstico remunerado en hogares. Lo anterior representó 4.2 % del total de la población ocupada en México: nueve de cada 10 eran mujeres.

Por grandes grupos de edad, la población en trabajo doméstico remunerado se concentró en el grupo de 30 a 59. En este, 71.7 % correspondió a mujeres y 63.4 %, a hombres. Siguió el grupo de 60 años y más, en el que el porcentaje de hombres fue mayor que el de mujeres, con 20.2 y 13.5 %, respectivamente. Las personas trabajadoras del hogar tenían, en promedio, 44.5 años.

Al tercer trimestre de 2023, los años promedio de escolaridad para esta población fueron ocho en las mujeres y nueve en los hombres. En otras palabras, las personas dedicadas al trabajo del hogar contaban, en promedio, con secundaria incompleta y completa, respectivamente.

Del total de la población dedicada al trabajo doméstico remunerado, 43.5 % contaba con secundaria. Siguió el grupo de quienes terminaron la primaria, con 25.5 por ciento. Al diferenciar por sexo, el porcentaje de mujeres y hombres que terminaron secundaria fue el más alto, con 43.7 y 42.3 %, respectivamente. En contraparte, 25.9 % de los hombres contaba con estudios de educación media superior y superior. Para las mujeres, este porcentaje fue de 13.3 %.

De quienes se dedican al trabajo doméstico, 30.2 % de las mujeres y 43.1 % de los hombres estaban casados. Siguieron las personas solteras, con 25.1 % para las mujeres y 27.3 % para los hombres. Destacó un mayor porcentaje de mujeres viudas (10.9 %) y separadas (12.2 %) en relación con los hombres (2.8 y 5.7 %, respectivamente).

Del total de quienes se dedicaban al trabajo doméstico remunerado, 38 % eran jefas o jefes del hogar. Según sexo, el porcentaje de mujeres ocupadas en esta actividad que eran jefas de hogar fue de 36.1 por ciento. Para los hombres, este porcentaje fue de 55.8 por ciento.

II. CONDICIONES Y CARACTERÍSTICAS LABORALES

El trabajo doméstico remunerado es una de las ocupaciones con mayor tasa de empleo informal. Según datos de la ENOE, de los 2.5 millones de personas ocupadas en esta labor, 95.0 % (2 361 408) lo hizo de manera informal y 5.0 % (123 785), de manera formal.
Según sexo, se observó que un mayor porcentaje de mujeres ocupadas en trabajo doméstico remunerado lo hizo en la informalidad (96.3 %). De los hombres, 83.4 % estaba en esta condición.

La distribución de las personas ocupadas en trabajo doméstico remunerado, según tipo de ocupación, se concentró en el grupo de personas empleadas domésticas (82 %, o dos millones de personas). Este incluye al personal que realiza labores de limpieza en casas particulares, además de otras actividades complementarias, como preparación de alimentos, lavado y planchado de ropa, y cuidado de personas.

Al revisar la composición según sexo y tipo de ocupación, la presencia de mujeres fue mayoritaria en la categoría de personas trabajadoras domésticas, con 88.0 % (1 971 143). Siguieron las ocupadas en la categoría del cuidado de niñas y niños, personas con discapacidad y ancianas en casas particulares, con 9.4 % (210 895).

Por su parte, la mayor presencia de hombres se observó en la categoría de choferes, con 31.5 % (77 377). Siguieron los empleados domésticos, con 26.8 % (65 721); jardineros, con 22.7 % (55 661), así como vigilantes y porteros en casas particulares, con 6.4 % (15 841).

Datos de la ENOE indican que 97.1 % del total de personas ocupadas en esta actividad laboraban sin un contrato por escrito; 2.5 % sí contaba con uno y 0.4 % respondió no saber si lo tenía o no. Del porcentaje de población que sí contaba con un contrato por escrito, 80.7 % tenía uno de base, planta o por tiempo indefinido; 15.1 %, uno temporal, y 4.1 % no especificó el tipo de contrato.

De acuerdo con la duración de la jornada laboral, 37.9 % de las mujeres ocupadas en este tipo de actividades cumplía jornadas de 15 a 34 horas a la semana, mientras que 32.6 % trabajó de 35 a 48 horas a la semana. Por su parte, 45.4 % de los hombres en estas ocupaciones laboró de 35 a 48 horas semanales y 28.4 % cumplió jornadas de más de 48 horas a la semana.

Solo 13.1 % de los hombres y 2.5 % de las mujeres tuvieron acceso a instituciones de salud y otras prestaciones. Nótese que hubo quienes carecieron de servicios de salud, pero no de otras prestaciones. De estas personas, 29.9 % correspondió a hombres y 24.3 %, a mujeres.

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