Por Billie Parker Noticias

  • Les dieron el tiro de gracia.
  • Según las autoridades de Baja california, los mataron por presunto robo de llantas.
  • El cuarto cuerpo es ajeno a este hecho y habría sido asesinado días antes.

Ciudad de México.- La noticia del asesinato de los tres surfistas extranjeros en Baja California ha sacudido a la opinión pública internacional. Los cuerpos de los hermanos australianos Jake (30) y Collum (33) Robinson, junto con su amigo estadounidense Jack Carter (30), fueron identificados por sus familiares luego de 20 horas de trabajo de rescate de un foso en la zona conocida como la Bocana de Santo Tomás, Cerca de Ensenada la septima Cciudad más peligrosa del mundo.

La madre de los hermanos Robinson, visiblemente afectada por la tragedia, expresó su dolor ante los medios de comunicación luego de identificar los cuerpos de sus hijos.

“Nos han arrebatado el corazón. Ya no tiene sentido seguir adelante”, declaró entre lágrimas, mientras su esposo la acompañaba, pidiendo respeto a los medios a la privacidad de la familia en este difícil momento.

Debra Robinson, madre de los hermanos australianos desaparecidos, fue quien solicitó ayuda en redes sociales desde Australia para localizar a sus hijos, quienes fueron vistos por última vez acompañados de Jack Carter.

Según la Fiscalía estatal el móvil del crimen fue el robo de llantas y piezas de su camioneta, perpetrado por un grupo aún no identificado de personas, según informó María Andrade, fiscal general del estado.

Según declaraciones de la titular de la FGEBC, María Elena Ramírez Andrade, los cuerpos presentan múltiples golpes contusos y lesiones por disparos de arma de fuego en la cabeza. La hipótesis principal apunta a que los turistas fueron asesinados egi de ser sometidos a golpes que les arrancó piezas dentale en un presunto intento de robo de llantas de su camioneta pickup.

Hasta ahora, solo hay tres personas detenidas en relación directa con el caso. Uno se ellos es Jesús N, alias “Quecas” de 27 años, quien tiene antecedentes por robo de vehículos y narcomenudeo. Actuó en complicidad con otros , pero fue arrestado en posesión de metanfetamina, explicó la fiscal Andrade.

El crimen ha generado una ola de indignación y consternación en todo el mundo. Los tres jóvenes, descritos como entusiastas deportistas y amantes de la vida, fueron víctimas de una violencia inexplicable mientras disfrutaban de una jornada de acampada en la región donde habían surfeado momentos antes.

El trágico suceso evoca episodios anteriores de violencia en el país, como el caso de Henry, un joven estadounidense cuyo trágico destino en México se convirtió en una advertencia para otros viajeros. Después de un encuentro fatal en un retén militar en Huetamo, Michoacán, Henry desapareció, y semanas más tarde su cuerpo mutilado fue hallado junto a su motocicleta incendiada. Nunca hubo justicia. 

La Fiscalía General del Estado (FGE) de Baja California confirmó el hallazgo de cuatro cuerpos y no tres, en un pozo cercano a un acantilado en la costa del Océano Pacífico, cerca de Ensenada que intentaron cubrir con una tabla de triplay los cobardes asesinos. 

Tras intensas labores de búsqueda, se localizaron los cuerpos de los tres turistas, uno estadounidense y dos australianos, desaparecidos desde el 27 de abril, mientras que un cuarto cuerpo en avanzado estado de descomposición (asesinado de 15 a 30 días antes)) podría no tener relación con el caso.

Los indicios hallados, como pertenencias y ropa, vincularon desde el primer momento a los cuerpos con los turistas desaparecidos, quienes fueron identificados como Jack Carter, estadounidense, y Jake y Callum Robinson, australianos. Sin embargo, la identificación oficial correspondió al Servicio Médico Forense (Semefo), que está llevando a cabo las investigaciones pertinentes, así como a la familia que llegó este domingo a Ensenada.

El hallazgo de los cuerpos se realizó a una profundidad entre 11 y 15 metros en un pozo de agua, en una zona remota conocida como Playa La Bocana, donde los surfistas acostumbran acampar. El área, carente de señal telefónica y vías de acceso adecuadas, dificultó las labores de rescate y la hace sumamente riesgosa.

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