• A 56 años de la inauguración de uno de los museos más importantes de nuestro país, recordamos el lamentable suceso que marcó la historia del recinto, como el de otros museos en México.  

Por Angélica Rangel  

El mayor robo de piezas arqueológicas que ha sucedido en México fue en una Nochebuena de 1985 en el Museo Nacional de Antropología, de donde se extrajeron al menos 140 piezas de las salas Maya, Oaxaca y Mexica.  

Este acontecimiento marcó un hito en las medidas de seguridad de los museos en el país, pues a partir de este terrible suceso, fueron implementadas nuevas normas generales de seguridad en todos los recintos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y se aplicaron reformas jurídicas en el Código Penal para sancionar los delitos de robo y daño del patrimonio que también se extienden a quienes intervienen como encubridores o cómplices.  

El Museo Nacional de Antropología instaló un sistema de alarmas electrónicas contra robo, re rehabilitó en su totalidad el sistema de detección de incendios, se integró un circuito cerrado de televisión y se duplicó el personal de seguridad.  

Vayamos a 1985, de acuerdo con los testimonios, las personas que se encontraban de guardia en el recinto tenían como una de sus tareas recorrer CADA DOS HORAS los 15,000 metros cuadrados que integran al museo. Esa noche, en cambio, los vigilantes omitieron los recorridos y se concentraron en un solo lugar para celebrar la Navidad. Fue hasta el cambio de guardia, alrededor de las 8:00 horas, cuando el crimen fue descubierto.  

Aprovechando esta distracción, los ladrones saltaron la barda metálica del museo, ubicada sobre Paseo de la Reforma, y luego de cruzar el jardín, se dirigieron por una escalera hacia el sótano. Una vez dentro del terreno, se colaron por los ductos de aire acondicionado para llegar a las salas de exhibición y una vez dentro de ellas tardaron alrededor de tres horas- entre la 1:00 y 4:00 de la mañana- en robar las 140 piezas.  

Al difundirse la noticia, el entonces presidente de la república, Miguel de la Madrid, estableció comunicación con la Secretaría General de la Organización Internacional de Policía Criminal (INTERPOL) para notificar el robo y detallar las características de las piezas. Dicho boletín fue enviado a 158 países junto con un expediente que incluía fotografías, huellas dactilares y pruebas periciales que pudieran contribuir a las investigaciones.  

Se especulaba en las investigaciones que los asaltantes pertenecían a una banda profesional que se dedicaba al robo de arte y que quizás eran los mismos responsables de los robos a otros museos en el mundo, en cuyo caso las piezas robadas ya estarían fuera del país.  

Sin embargo, dicha hipótesis fue descartada y concluyeron algo completamente diferente. Los ladrones NO ERAN EXPERTOS y se trataban de dos jóvenes de 25 y 26 años de edad de clase media y que las piezas robadas jamás abandonaron el domicilio de estos, ubicado en una de las zonas residenciales en el Estado de México.   

Uno de los ladrones, completamente convencido de que el gran valor de su botín, se trasladó a Acapulco, donde entabló relaciones amistosas y laborales con miembros del narcotráfico. A causa de este suceso, comenzaron a surgir las pistas que contribuyeron a su captura.  

Finalmente, el 12 de junio de 1989, las portadas de toda la prensa nacional anunciaron la recuperación del patrimonio y posteriormente se inauguró una exposición temporal donde se exhibieron las 140 piezas recuperadas. La entonces directora del museo, Sonia Lombardo, explicó la procedencia de cada uno de los objetos.  

Este acontecimiento fue llevado “a la pantalla grande”, en la película “Museo”, protagonizada y producida por Gael García Bernal en 2018. Se trató de la primera película en español hecha para la plataforma YouTube Originals.  

La cinta se llevó el Oso de Plata por Mejor Guion en la Berlinale y el premio a Mejor Dirección en el Festival Internacional de Cine de Venecia.  

https://youtu.be/rIB-6YRp4nI

Con información de expansión.mx  

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