La madrugada del 16 de septiembre de 1810, los mexicanos cansados del dominio español, decidieron levantarse en armas, liderados por el cura Don Miguel Hidalgo y Costilla, quien convocó en el pueblo de Dolores, a revelarse en libertad y gritar nuestra Independencia.

La conocida como Guerra de Independencia empezó en la madrugada del 16 de septiembre de 1810, cuando el padre Miguel Hidalgo dio el “Grito de Dolores” como símbolo de liberarse de la esclavitud, sin embargo, esto no significó una liberación inmediata, sino el comienzo de la lucha para llegar a ella.

De acuerdo con el doctor Alfredo Ávila Rueda, investigador del Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), para lograr la Independencia de México hubo dos movimientos diferentes. Un movimiento social y político, encabezado por personajes como Miguel Hidalgo y José María Morelos que inició en 1810, y otro movimiento que once años después consumó la Independencia, en 1821.

El movimiento que festejamos cada año tenía una fuerte presencia popular de trabajadores, jornaleros, mineros y pueblos indígenas. Fue una rebelión muy violenta que, además de la independencia, buscaba reinvindicar otras demandas populares.

Mismo donde participaron personajes que, ahora, son héroes para nosotros, como «La Corregidora» Doña Josefa Ortiz de Domínguez, su esposo el Corregidor, Hidalgo, Allende, Aldama, los hermanos Epigmenio y Emeterio González, entre otros.

Mientras que el segundo movimiento, cuando realmente conseguimos esa libertad, buscaba lograr la autonomía de la Nueva España frente a España, pretendía ser más organizado y tener la menor participación popular posible, además estaba formado principalmente por las milicias.  

Hablar de 11 años de lucha, es significado de una fuerte represión que no se acabó de la noche a la mañana, en ella, hubo diversas etapas:

  1. Del Grito de Dolores (16 de septiembre de 1810) hasta la batalla de Puente de Calderón (en el actual municipio de Zapotlanejo, Jalisco, el 17 de enero de 1811).
  2. Con José María Morelos y Pavón, desde principios de 1811 hasta la toma del Fuerte de San Diego en Acapulco (en agosto de 1813).
  3. Desde la muerte del “Siervo de la Nación” (fusilado en Ecatepec, en el Estado de México), hasta febrero de 1821 con la firma del trascendental “Plan de Iguala”.
  4. Del 24 de febrero de 1821 hasta el 27 de septiembre de ese mismo año, cuando el Ejército Trigarante, al mando de Agustín de Iturbide, entra triunfal, junto con Vicente Guerrero, a la Ciudad de México.

Gracias a aquellas figuras emblemáticas, festejamos la independencia de nuestro México cada madrugada del 16 de septiembre, donde recordamos con campanadas ese grito de Miguel Hidalgo para motivar al pueblo a ir en contra del mal gobierno español, por lo que el Presidente de la República tiene la obligación de hacerla repicar para revivir el inicio de nuestra lucha.

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