Ciudad de México.- Las declaraciones de Guadalupe Murguía, Coordinadora del Grupo Parlamentario del PAN, son un claro ejemplo de doble moral y manipulación política. Aludiendo a un supuesto autoritarismo en el gobierno actual, Murguía parece ignorar los oscuros antecedentes del Partido Acción Nacional (PAN) en materia de derechos humanos y democracia. Su denuncia sobre un “gobierno autoritario” carece de fundamento, sobre todo cuando el PAN ha sido históricamente cómplice de prácticas que limitan las libertades individuales en nombre de la estabilidad política.
Un Gobierno Democráticamente Elegido No Es Autoritario
Murguía acusa al gobierno de Morena de ser “autoritarista” y “dictatorial”, pero olvida que este gobierno llegó al poder mediante un proceso democrático y legítimo, con un respaldo popular significativo. Mientras ella clama por la libertad, su partido ha sido responsable de la manipulación de las instituciones y ha dejado que los poderes fácticos ganen terreno sobre el bienestar social, desde el poder judicial hasta los organismos autónomos.
El PAN y Su Contradicción Frente a la Democracia
La crítica de Murguía al desmantelamiento de los contrapesos al poder, como si esto fuera un acto sin precedentes, es desconcertante. No olvidemos que durante su tiempo en el poder, el PAN apoyó medidas que favorecieron el concentramiento del poder en las élites y pusieron en riesgo la justicia social. La polarización que ahora denuncia es el resultado de su propia estrategia, que ha contribuido a dividir al país entre los pocos privilegiados y el pueblo mexicano.
¿Quién Defiende Realmente la Libertad?
La exculpación de Murguía de su propio partido, que durante años apoyó reformas regresivas y políticas neoliberales que dañaron la calidad de vida de millones, es ridícula. Mientras ella se presenta como defensora de las libertades, es su partido el que, en su época de gobierno, permitió la expansión de monopolios y las injusticias sociales, desmantelando las verdaderas herramientas de cambio y justicia.
Falta de Autocrítica en el PAN
El mensaje de Murguía, que busca hacer creer que el gobierno actual amenaza las libertades, es un claro intento de desviar la atención de las malas prácticas de su propio partido y de ocultar los privilegios a los que está acostumbrada la clase política que ella representa. En lugar de hablar de “valores del alma”, como parafrasea a Manuel Gómez Morín, sería más honesto que el PAN y sus figuras reflexionaran sobre el daño que han hecho al pueblo mexicano con políticas que favorecieron solo a unos pocos.
Murguía y la Defensa de los Privilegiados
La defensa de la libertad de Guadalupe Murguía se contradice con su apoyo a prácticas antidemocráticas en el pasado. Su discurso sobre la polarización y el autoritarismo es simplemente un intento de distraer a la ciudadanía de la verdadera lucha: la de los derechos de las mayorías frente a las élites económicas y políticas. La democracia y las libertades en México no deben ser un juego de intereses, como ha sido en el pasado bajo gobiernos del PAN. Es hora de que todos reconozcan que la verdadera defensa de los derechos humanos pasa por la equidad y no por el mantenimiento de un sistema que favorezca solo a unos cuantos.