Avanza la investigación y aumentan las preguntas sobre menores y reclutamiento criminal

Uruapan, Michoacán.— Encontraron muertos a dos presuntos implicados en el homicidio del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo Rodríguez.

Cuerpos hallados, identidad y contexto

Los cadáveres fueron localizados el pasado lunes 10 de noviembre a un costado de la carretera Uruapan–Paracho, en la comunidad de Capácuaro. Uno de los occisos tenía apenas 16 años de edad, lo que marca un segundo caso de adolescente vinculado directamente con el ataque al alcalde.

Según las autoridades, estos dos jóvenes acompañaban al autor material del homicidio, identificado previamente como un joven de 17 años que fue abatido durante el atentado en la plaza central de Uruapan.

Fallos y líneas de investigación abiertas

El gobernador Ramírez Bedolla confirmó que la Fiscalía General del Estado (FGE) ya verifica la participación de estos individuos, así como la relación con la agresión del 1 de noviembre, en pleno Festival de las Velas. “Lo que sí confirma la fiscalía es que participaron otras dos personas que acompañaban al homicida… y estas personas son los dos que aparecieron en Capácuaro muertos”, declaró.

Además, se mantiene abierta la línea de investigación sobre la actuación de los escoltas del alcalde, pues el agresor de 17 años fue abatido luego de haber sido detenido, lo que genera sospechas de exceso de fuerza o de encubrimiento. 

Qué implica y por qué importa

  • La participación de menores en este crimen vuelve a exponer el reclutamiento infantil por parte de grupos criminales en Michoacán, un fenómeno que expertos han denunciado con alarma.
  • El hallazgo de los cuerpos incrementa la presión sobre las autoridades estatales y federales para esclarecer la autoría intelectual del atentado, no sólo la material.
  • Aun cuando los tres presuntos implicados ya están muertos, la averiguación continúa: identificar mandos, vínculos del crimen organizado —especialmente del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG)— y posibles fallas estructurales en seguridad pública.

¿Qué sigue ahora?

Las autoridades estatales y federales han anunciado reforzamiento de vigilancia en la zona, inspecciones de comunicaciones, análisis de balística y revisión de circuitos de protección en Uruapan. Los collectivos de víctimas y ciudadanos, por su parte, exigen resultados claros: detenciones contundentes, transparencia en la investigación y protección real para la población.

Este hallazgo representa un giro más en un caso que ya de por sí simbolizaba la falla del Estado para garantizar la seguridad de un servidor público. Ahora, con indicios de involucrados muertos y menores en el centro de la escena, la exigencia de justicia y reforma se vuelve aún más urgente.

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