Primero Editores / Juan F. Baeza 

Luego de que el presidente constitucional de Los Estados Unidos Mexicanos, Andrés Manuel López Obrador presentara esta semana el Plan Nacional de Paz y Seguridad, tres enfrentamientos se hicieron presentes en el país. 

El primero fue en Aguililla Michoacán, donde elementos policiales fueron emboscados, dejando un saldo de 13 muertos y nueve heridos.

Al día siguiente, 15 de octubre, hubo un enfrentamiento más, esta vez en Iguala Guerrero, donde 14 criminales y un elemento de la Secretaría de la Defensa Nacional perdieron la vida. 

Sin embargo, el más reciente es el registrado ayer 18 de octubre en Culiacán Sinaloa, mismo que desató la riña entre elementos de Seguridad Pública y supuestos integrantes del Cártel de Sinaloa, a causa de la detención de Ovidio Guzmán, hijo de Joaquín “El Chapo”, Guzmán. 

Hasta el momento, y de acuerdo con las medidas que ha tomado el gobierno federal, el hijo de “El Chapo” fue puesto en libertad para evitar la violencia que se ha desatado en Culiacán. 

Sin embargo, López Obrador argumentó en su conferencia matutina que “La estrategia no ha fracasado”. 

“La debilidad del Estado es una conjetura de los expertos, sobre todo de nuestros adversarios, los conservadores, no van a estar contentos con nada y van siempre a cuestionarnos, nosotros no tenemos duda de que fue la mejor decisión”, recalcó luego de dar a conocer la liberación de Ovidio Guzmán. 

Mientras tanto, el gobierno de AMLO enfrenta lo que hasta ahora podría considerarse la semana más violenta desde que asumió el cargo de Presidente de la República.

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