Primero Editores / Karina Bernal G.

Todo comenzó el martes alrededor del medio día, cuando en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UAEMéx se realizó un “tendedero del acoso”, dinámica en la que mujeres y hombres pueden hacer abiertamente una denuncia por medio de un cartel, toda acusación por motivos de acoso y hostigamiento sexual.

Los alumnos observaban detenidamente los carteles para ubicar quienes eran los implicados del hecho, unos compartían opiniones sobre los nombres más repetitivos, algunos se sorprendían por los compañeros publicados y otros simplemente no notaban sorpresa alguna por los maestros tachados como acosadores.

En la incertidumbre los futuros profesionales en ciencias sociales esperaban alguna respuesta o reacción por parte de la Administración de su Facultad, pero eso no sucedió.

Al siguiente día se convocó a una asamblea estudiantil con la finalidad de tratar el tema de la indiferencia de las autoridades de la comunidad, así como buscar la manera de sancionar a los señalados en el tendedero. Los universitarios comenzaban a reunirse para dialogar, cuando los accesos hacia su plantel fueron cerrados por Seguridad Institucional por orden de rectoría, lo cual abrió cierto descontento hacia la comunidad por no permitirles la entrada a sus clases ni a la asamblea establecida.

Comenzó la reunión exponiendo los motivos, dialogando experiencias de acoso que habían sufrido alumnas de la institución y resaltando que se haría con las personas “acosadoras” que habían entre ellos. El director de la Facultad, Marco Aurelio Cienfuegos, pidió la palabra, la cuál fue votada y como resultado se pidió que hablara una vez terminado el diálogo, pues un día antes en el tendedero no existió ningún tipo de presencia de su parte.

La asamblea presentaba una presencia pacífica, ordenada y con la mayoría de los estudiantes del plantel, donde a su vez un gran porcentaje estaba en acuerdo para exigir la sanción correspondiente a dichas personas aparecidas en las denuncias.

En un momento se le cedió la palabra al director, dando a conocer que se había destituido a los profesores implicados, cuando realmente solo fue una separación de labores y de los alumnos no se mencionaron cargos, la asamblea continuó, sin embargo, fueron profesores quienes la interrumpieron al empezar a hablar por micrófonos y oprimir la reunión.

La tensión y disgusto no se hizo esperar en los presentes universitarios así que se generó un paro de labores de emergencia, tomaron las instalaciones y desde el día 25 de febrero está resguardado el plantel por estudiantes hasta el día del hoy.

Dentro del paro, la organización y unión de la comunidad estudiantil se ha dado notar, pues cuentan con contingentes de seguridad, limpieza y suministro de víveres.
Hasta el momento no se ha dado a conocer cuando se reincorporarán a clases, pero la imagen que están presentando es digna de un universitario.

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