Por Cristina Colmenares
“El Inculpado perdió la vida”, así fue como se refirió la Fiscalía General del Estado de Guanajuato a Juan Carlos Padilla Arana, un vendedor de tamales quien perdió la vida a manos de personal de la Agencia de Investigación Criminal (AIC).
El pasado lunes 23 de noviembre, Juan Carlos andaba con su esposa e hija en el Barrio de la Resurrección, de repente una camioneta RAM se atravesó en su camino. Descendieron varios sujetos quienes sometieron y golpearon al señor para esposarlo y subirlo a la unidad. Todo esto frente a su familia quien pedía que no se lo llevaran.
Su familia, sin saber el motivo del violento arresto, buscaron a Juan Carlos por horas y lo buscaron en la comandancia de la Policía Municipal y en las instalaciones ministeriales. Sin embargo, se informó que estaba en el hospital general de Celaya. Pero era tarde, el señor había muerto, y todo indicaba que fue a causa de los golpes que llevaba.
A pesar de la evidencia que señala la culpabilidad de los agentes, Carlos Zamarripa, fiscal general, defendió a los elementos bajo el argumento de que cumplían con una orden de aprehensión “bajo condiciones de oposición de tumulto”, y al señalar el descenso de la víctima, se refirió a esta como “El inculpado perdió la vida”.
Fue Fátima Padilla, hija de la víctima, quien en redes sociales difundió el video donde someten a su padre y compartió su sentir al ir a reconocer el cuerpo de su familiar.
“Los judiciales mataron a mi papá, lo detuvieron con violencia sin cerciorarse a quien buscaban, no lo identificaron, se lo llevaron y ahora estoy en el hospital reconociendo a mi padre muerto, con golpes por todo el cuerpo, con la mandíbula rota, pido que me ayuden a difundir esto para que llegue a los medios necesarios y se haga pronta justicia”.
Finalmente, la Procuraduría General de Derechos Humanos del Estado de Guanajuato informó que se puso en contacto con los familiares de Juan Carlos para ofrecer apoyo y el acompañamiento de la institución.
