Por Sandra Beatriz Ruiz García

Desde que se recibió el primer caso en México, el 28 de febrero del 2020, muchos han sido los cambios en nuestras vidas y pensamientos, principalmente en cómo nos vemos o nos imáginamos en un futuro cercano y no tan cercano. Pensamos con frecuencia qué está bien o qué esta mal. Sacríficamos a los servidores de salud y nos cuestionamos quién tiene la culpa. Nadie la tiene y no hay vacuna para lo que vendrá después, la recesión económica o el aniquilamiento de los más vulnerables a la pandemia.

Nos visualizamos en un mundo caótico, separado por distintos intereses, sí en un país tercermundista controlado por el comercio automotriz, las remesas y el comercio informal. Hablarémos de cosas positivas, cosas negativas pero que no se habían presentado en nuestras vidas.

Muchas cosas han cambiado en tres meses de encierro:

  • Ser un estigma después de ser paciente recuperado de Covid 19, pues sí se pensaría ésta sería una hazaña de vida o logro, tener los anticuerpos para vencer a la enfermedad, también representa el miedo para los que no se contagiaron. Por otro lado quienes superaron la enfermedad pueden donar el plasma para los tratamientos de los pacientes. Sí se pensaba salir avante poniéndose una playera que diga: Sobreviviente de Covid, no será tan buena idea.
  • El incremento en uso del comercio internauta. Alguien que tal vez sólo había comprado en Amazon o realizado un trámite bancario por internet, ahora compra su comida por primera vez en una aplicación. Comprar la despensa, ropa, un antojo, un regalo, por medio de un dato obtenido en Facebook o en Whatsapp, nunca había estado tan cerca de usarse y ser tan funcional. Se ha tenido que agregar el costo del transporte, lo que cueste no salir de casa e ir a hacer las compras es el valor agregado. Incluso Facebook lanzará sus Facebook Shops en unos días, como fue anunciado por Mark Suckerberg hace dos semanas.
  • Giros  del negocio de 180 grados o empezar uno nuevo en plena Pandemia. Nunca pensaron algunos que se iban a ver vendiendo gel antibacterial, desinfectante o cubrebocas. Los negocios han tenido que resurgir de entre el derrumbe, quien pueda mejorar seguirá en el mercado.
  • La discusiones con amistades por la creencia del virus, si bien ha sido un tema de plática, hay diferentes opiniones, en base a la información recibida por los medios o quizás algunos que no están convencidos se han desconectado del todo.
  • Incremento de la violencia familiar, además de quedarse en casa, algunos han tenido que sobrellevar o aguantar las peleas, discusiones, maltratos, stress, al estar encerrados esto se ha convertido en algo más difícil y una necesidad más urgente de escapar de casa.
  • Que la gasolina bajara de precio tan drásticamente, algo que se había prometido por sexenios, llegó a ocurrir ahora.
  • Que el petróleo depreciara su valor. Un bien que en nuestro país se pensaba era una riqueza, ahora se tiene que pagar para que se lo lleven.
  • Cambiar de hábitos. Pensar sí realmente deberíamos ir al mismo restaurante o subir al camión o ir al cine en la “nueva normalidad”. Ciertamente esto solo será posibe hasta que no surjan casos.
  • Ver cubrebocas desechados tirados por todas partes, esto se verá apenas pase la pandemia y hasta sean robados como una valioso motín. Ver comercios de cubrebocas de colores, con diseños personalizados, materiales varios. El comercio de los cubrebocas con precios que subieron por los cielos y algunos que ni se consiguen. Habrá que traer el equipo de protección por meses, hasta que haya cero casos que surjan durante meses y llegue a existir la vacuna. También se puede ser detenido por no usar cubreboca o violar un cerco sanitario.
  • La invención de una nueva fobia y palabra: “Nosocomefobia”, el miedo a los hospitales, se ha visto a personas lanzándose hasta de la misma ventana, tratándose de  suicidar o de escapar.
  • Defender el derecho a la protección. Defender el uso de cubreboca en el camión, en la tienda de la esquina o la recauderia, defender la sana distancia, no a las filas donde se pegan trás la espalda. Cuando se trata de vida o muerte a algunos nada los detiene.
  • Hacer ejercicio en casa, dado que después de dos o tres meses de encierro, no se ve fin a la pandemia, muchos, aún los que se negaban a ejercitarse en su casa han tenido que hacerlo. Los productos para gimnasio son de los que más se han vendido por internet.
  1. La pandemia económica, se ha dicho que cada hora una persona pierde su trabajo, las bolsas de empleo envían vacantes pero no llaman a nadie. Hay que tener fe para encontrar trabajo. A los más desprotegidos quién los ayudará, a los artesanos, comerciantes ambulantes, campesinos; han tenido que recurrir al trueque.
  1. El registro por medio de un código QR para ser rastreado o localizado, para que cuente la cantidad de personas que hay en una tienda o cierto lugar en específico y obtener un seguimiento por sí se ha tenido COVID19. Esto aún nos es aplicable en México pero no dudamos que tendrá que aplicarse.
  1. Traer el equipo de protección en la bolsa, cubrebocas, lentes, careta, guantes, gel, etc. Simpre preparado y hay que traerlo durante meses más.  En China a tres meses de nueva normalidad lo usa el 99% de la gente.

Tener tanta urgencia por una vacuna, usar barreras transparentes para separar la cercanía entre humano-humano, no saludar, etc, son muchos temas más que han sido diferentes, despertar y pensar estamos en contingencia. Y éstas cosas han llegado para quedarse y dejar en nuestras vidas experiencias que platicaremos como un recuerdo después. Tal vez vengan nuevos, peores virus, más agresivos, lo que sí es que hay que estar mejor preparados, aprender y rescatar lo bueno. La no creencia por la ambiguedad del tema, ni teniendo la muerte de cerca en sus familias, esa gente, los que están perdidos y se oponen al sistema con su actitud, es otro tema. Lo que no se abandonará esta vez, como ha ocurrió con los anteriores coronavirus, el SARS, etc., es la investigación por una vacuna, porque sí es muy urgente. Esta pandemia nos adelantó, súbito, en hechos unos cincuenta años…

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