Con sorpresa, no por el ejercicio en la libertad de pensamiento y expresión, del cual en mi trayectoria de 35 años de periodista, siempre he defendido, leo con estupor una crítica sobre mi persona en ese prestigiado medio, “Reporte Índigo” del ocho de julio del presente año, que causó daño y perjuicio laboral.

Soy enemiga del desmentido, aunque no de la verdad y de la expresión misma y objetiva, del derecho a expresar mi
opinión, igual de pública, como fue dada a conocer en el espacio de “Redes del Poder”, específicamente en “Nueva controversia Guinda”

Por eso, permítame ofrecerle a la opinión pública, que merece mi respeto, mi posición al respecto y el daño que me ha causado.

No se miente al decir que fui funcionaria de la pasada legislatura. Sin embargo, el texto lleva un sesgo intencionado y tramposo, porque se dice una verdad parcial, sin revelar el motivo real de una demanda, que nada tiene que ver con inclinaciones políticas ni ideológicas ni posiciones de cargos.

Me sorprende ese sesgo y me extraña la posición, además, que se haya dado información privada, que a todas luces filtraron al editor con lo que violan la Ley de Transparencia y Datos Personales, es decir la privacidad, así como un juicio pendiente, además de mis derechos consagrados en la Carta Magna, en sus artículos 14, 16, 17 y 123, sobre todo, en cuanto a mi imagen y dignidad como mujer.

Es una sorpresa que su medio sea un vehículo, de crítica a un derecho constitucional que ejercí, es decir, demandar respeto laboral y denunciar las violaciones que de ello emanaron, por despedirme sin otorgarme ni liquidación ni prestaciones que de ley merezco.

El regreso al Congreso, sólo fue un reconocimiento, no de un grupo parlamentario en especifico, sino de un órgano garante de la ley, y de respeto a los derechos de sus trabajadores.
En ningún párrafo o artículo constitucional, se determina que uno no puede laborar, después que se ejerció el derecho que establece la Carta Magna a la demanda y a la denuncia por violaciones laborales, propias de la desaparecida VII Asamblea Lagislativa.

Mi regreso a ese recinto legislativo es con la misma convicción, con la que ingrese en la pasada Asamblea Legislativa, trabajar con honestidad, lealtad y sobre todo transparencia.
No hay un sólo argumento que avale, que he sido deshonesta o despedida por falta de ética profesional o que pretenda un daño a una institución garante de los derechos.

Nadie podrá acusarme de ingresar a un órgano legislativo a simular un ejercicio periodístico.
Ahí están los resultados de más de dos meses de labor, en la que aún en pandemia, mi ejercicio profesional, es presencial.

Ante eso, no veo el motivo, de inclinar una crítica, con el afán manipulador de hacer daño a una trayectoria, a un organismo y a una fuerza política. Es un mal mensaje, público y social, desde una pluma, que debiera estar al servicio del respeto a las garantías individuales.

Denostar la defensa laboral y la lucha, permitir que se violente la Constitución, eso sí es criticable, y ni aquí ni en ningún espacio donde tengo trayectoria, lo he permitido.

Sí eso, es motivo de usar y ofrecerme un espacio en “Redes del Poder”, como algo que tenga trascendencia pública y social, asumo su crítica y la respeto, aunque no coincida con ello, porque estoy segura, que quien eso escribió, tuvo un desafortunado momento y se dejó llevar por la manipulación de terceros.

Además, es sólo la evidencia de una inclinación a promover como positivo que se viole la ley, los derechos y sobre todo nuestra Carta Magna.

Eso, sin contar que se vulnera la dignidad y la imagen de una persona, que como yo, solamente ofrezco mi trayectoria y conocimientos al servicio de un órgano público y de servicio ciudadano.

Me permito expresar mi opinión, porque nunca el silencio será la mejor arma de la verdad.
Callar ante los sesgos manipulados y discriminatorios que se ofrecen a la opinión pública, me convertiría en cómplice de quien desvía la pluma al servicio particular de anónimos.

Creo fervientemente en no bajar la guardia ni esconder una trayectoria, cuando ésta se rige por el principio de la ética, la lealtad, la transparencia y la defensa de los derechos constitucionales.

Quedó de usted:
Atentamente, María del Socorro Valdez Guerrero

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