Latitud Megalópolis | Socorro Valdez Guerrero
De caricaturas las acciones. De ficción, los sucesos. Al menos al actuar.
Igualan a personajes de caricatura.
Él, un “Pedro Picapiedra”, ¡Necio! Y se contagió.
O un Coyote ¡Torpe!
Un “Don Gato”, ¡Cínico!, vividor, mentiroso, incluso timador.
Aquel, el Dr. Facilier, más hechicero que doctor, de letras rojas por un ¡Criminal! Daño.
Son las letras que ¡Gritan!, no callan en la angustia de una vida real.
Voces que no son doblaje ni personajes ficticios. Que no sólo imitan al desafinado con todos, como el “Tata”.
De acciones verificas, donde mientras hay muerte, enfermedad, contagios e impotencia, se hace homenaje con “Benito”.
Se habla de béisbol, y hasta se justifican vacaciones.
Son los que no creen en las letras de otros, sólo en su voz, y en los que les aplauden o aplaudieron.
Se desató el odio por el contagio, y, ¡su contagio!..También la duda.
Pasó como Pedro y el Lobo. Un hashtag esperado: #YoNoleCreo
Conmoción en subalternos y seguidores por su propia tragedia.
Y él, sólo sigue sus razones.
Sólo cree en sus frívolas palabras.
En sus vanas acciones.
¡En sus caricaturas!..
Alaba esa voz de “Benito Bodoque”, y debió ser la de don Gato, líder, aunque hablador, persuasivo, que timador.
Olvidó que es tan mudo como el Coyote, aunque veloz y a la vez agresor, víctima de su propia ineptitud.
De tácticas, que no le salen y le perjudican.
Humillado por sus fracasos. Simplemente zopenco y ¡obtuso!
Que se parece no sólo a un actuar de “Pedro PicaPiedra”, prehistórico y obstinado.
A Pedro, de descabelladas ideas, cretino, aunque éste respeta, protege, da amor y valora a la ¡Familia!
Y sí, en realidad, mucho de lo que hace, es sólo caricatura.
Como aquella de “Los Supersónicos”, simple ¡Ficción! De mundo segregado.
Y en la vida real. Nada comparado a lo que le sucede a otras familias.
Ahí, surge “Ricky Ricón”, carente de amigos o “Rico McPato”, tacaño, avaricioso, y gruñón.
Mientras los demás desesperados por oxígeno, medicinas.
Impotentes ante la enfermedad, la muerte, las deudas y sin ¡dinero!
Muchos, como “Memin Pingün” y porqué no, como “La familia Burrón”.
Y afuera, ¡todo imparable!..
La enfermedad, los fallecimientos, el virus, las deficiencias.
Sí, sin ¡Oxígeno ni respiro!
Mal trato y mala atención.
Leo, y me indigno más ante su enfermedad y contagio. Víctima de su propio mal.
Él, ellos, sólo debieron ser dibujo animado, como sus imágenes, un muñeco, ¡en caricatura!.
Aunque el dolor sobrepasa a esa su vileza y ruin actitud, de mediocre caricatura.
Un torpe, un cínico, un obsoleto, un incapaz, un hechicero que no ven a nuestros compañeros y mexicanos, ¡muertos!
Por eso las letras gritan desesperadas, denuncian con dolor y exigen, ¡basta! Ya ¡Basta!
Y tú, que te me imaginas a Oliva, la de Popeye, en tu púlpito de gobierno de la ciudad, gritas: ¿¡Insensibles!?
Y mientras hablas de parques, de la fundación de Tenochtitlán y das palmaditas al jefe, y a los demás, un frío ¡#Quedénseencasa!
Gritemos más fuerte, yo lo haré.
Unamos nuestras voces a otras para hacer homenaje con las letras y no callar.
No condolerse de algo, que fue su culpa.
Que nuestro grito evidencie lo injusto y el pésimo manejo de políticas públicas.
Dejemos ver lo irresponsable, esa su culpa que muchos no tengan conciencia de cuidarse y cuidar a los demás.
Y hoy, hay nuevo ¡Contagiado!
Por esos errores de empujar al abrazo, a no usar cubre bocas, a solo tener una estampita y empecinarse, como aquel, en acabar con el
Correcaminos.
Es muy simple, también, es, son una ¡Caricatura!