Por Carlos Z. Cadena
Morena y el PVEM deberán aprender a vivir en Chiapas en medio de la pandemia sanitaria y política.
La alianza Morena, PVEM y el PT, no solamente estaba cantada desde el inicio del gobierno de la 4T dentro del ánimo del Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, sino que es una estrategia congruente, por aquello de hacer un lado a partidos políticos que dentro del discurso de todos los días de “Las Mañaneras”, simplemente no “cuadran” con nada con el gobierno actual como es el PAN, o el PRI, que son los emblemas de los conservadores del país, o un Movimiento Ciudadano (MC) donde el enemigo representativo es el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, o un PRD, ya sepultado por Morena, pese a que fue su primer exportador y remitente versus ejemplos el gobernador de Puebla Miguel Barbosa o el director del IMSS, Zoè Robledo.
Hay muchas vertientes e inclinaciones que empoderan al PVEM con el Presidente de México, López Obrador, que sí algo tiene es ser lealtad con la gente que le dio mando y potestad para ocupar la Presidencia de la República, porque no solamente fueron los millones de votos que obtuvo López Obrador, sino que privó una gran negociación con el Expresidente Peña Nieto, para el cambio de poderes donde mucho tuvo que ver el PVEM y el exgobernador de Chiapas, Manuel Velasco, que hasta hoy en día ha sido un brazo operador con grandes resultados a favor de la 4T.
El Tsunami electoral que arrasó la Presidencia de la República, con López Obrador, no se puede negar, pero tampoco se puede negar que después de los resultados favorables al ahora Presidente de México, hubo varias negociaciones y que están documentadas en la prensa nacional, donde el en ese entonces Presidente de la CONAGO, Velasco Coello, llevó a cabo las negociaciones para distender el asunto, y poder accesar sin inconvenientes o complicaciones en el cambio de estafeta de poder, que no era fácil.
Por eso advertimos que a nadie debe de asustar la alianza Morena y el PVEM, porque hay vertientes muy coincidentes que muy bien merecen recordar una vez más:
Uno: El Presidente de la CONAGO, Manuel Velasco, fue el artífice de las negociaciones políticas entre el Presidente que se iba y el que llegaba, para que hubiera una transición ordenada, institucional y respetuosa, donde al menos tres veces se reunieron los gabinetes de ambos-entrantes y salientes- donde se expusieron la situación que guardaba cada una de las dependencias, donde el organizador fue el Presidente de la CONAGO Velasco. También no hay que olvidar que se trabajó para elaborar un presupuesto federal, y esto requería trabajo conjunto para apoyar a AMLO con su nuevo presupuesto federal, y otra vez aparece en escena el exgobernador de Chiapas; datos pergeñados en la prensa nacional.
Dos: Con la banda presidencial ya al hombro, Andrés Manuel López Obrador, puso en la mesa de la negociación donde el PVEM en septiembre pasado, le dio a Morena la posibilidad de tener control total de la Cámara de Diputados. El partido del presidente electo López Obrador le faltaban al menos cuatro diputados para que su grupo parlamentario lograra la mayoría absoluta que le permitiera presidir la Junta de Coordinación Política (Jucopo) durante toda la legislatura, y el Verde se los dio. El PVEM cedió a Morena cinco diputados, lo que le permitirá presidir la Jucopo por tres años y tener el control sobre el anteproyecto del presupuesto anual del recinto, así como en la integración de comisiones y puntos de acuerdo. (Sic).
En el listado de Morena fueron cinco que llegaron al cargo por el PVEM: Humberto Pedrero, Erika Uribe, Nayeli Fernández, Francisco Garrido, y Ana Patricia Peralta. ¿Ya se acordaron?.
Tres: También en el Senado de la República aparecen mucho antes en escena dos políticos chiapanecos que también estaban en la filas del PVEM, y se convirtieron en representantes populares por MORENA, Eduardo Ramírez Aguilar, y Sasil de León, que abrazaron los intereses partidistas de Morena, aunque la segunda con las siglas del PES, pero dentro de la misma alianza de trajines y confabulaciones con el partido actual en el poder. Hoy en día, el político chiapaneco Ramírez Aguilar, quien es el presidente de la Comisión de Puntos Constitucionales en el Senado de la República, tiene muchos puntos a su favor para ser el próximo presidente de la Cámara Alta, en el periodo que iniciará en septiembre próximo. La cercanía de Ramírez con Ricardo Monreal, y con el coordinador del PVEM, Manuel Velasco, pero sobre todo su trabajo legislativo muy competitivo emprendido, lo catapulta a la cabeza de la carrera para ocupar ese cargo.
Cuatro: Con el argumento de que se sumarian a la Cuarta Transformación, 21 presidentes municipales de Chiapas renunciaron a sus partidos políticos y se afiliaron a Morena. El 22 de octubre del año pasado, con esta decisión, Morena sumó 50 de 123 presidentes municipales en sus filas. Se trataba de mandatarios locales que fueron electos en 2018 con los registro del PRI, 4 de ellos; 5 del Partido Chiapas Unido; 3 del Partido Verde; 3 de Nueva Alianza, 2 del PRD, 2 del Partido Mover a Chiapas, y 2 independientes. (Sic).
Repetimos entonces porque asustarse y patalear respecto a esta alianza partidista Morena y PVEM, si hay muchas evidencias para sostener que esta alianza estaba más que cantada, muy bien entonada y extraordinariamente vocalizada. No se puede negar el trabajo del PVEM hacia López Obrador, ni mucho menos la “ayudadita” que le dio el verde ecologista a Morena también en Chiapas con un número determinado de alcaldías que han jugado un papel importante en la estrategia de las reformas constitucionales que se dan en el país donde se requieren el 50 más 1, en los congresos estatales, para vigorizar más las leyes federales.
Es obvio que algunos hasta se le haya subido la azúcar, o les haya dado taquicardia, pero el PVEM esta tan consolidado que está muy bien metido hasta en la geografía estatal, con decirles que hay funcionarios estatales de alto nivel que manejan la estrategia todavía del Verde Ecologista, pero que son leales al nuevo gobierno de Morena. Se podría decir que también por este fenómeno estaba hiperactiva y cantada la alianza partidista del vino tinto y el verde.
Así como se está aprendiendo a vivir con la pandemia, -que a nadie le gusta- así se deberán aprender a vivir los morenos en el país y en Chiapas con el PVEM, donde las únicas reglas las pondrá el Presidente AMLO, el gobernador Escandón Cadenas y los estrategas del verde. Ahorita privó la desazón, la congoja y hasta el tormento, pero como el coronavirus, se tendrán que acostumbrar los morenos a coexistir y convivir con sus aliados verdes, que no los pueden criticar porque en mucho han ayudado a Morena, y si alguien no le parece de los Morenos, que se vaya a quejar al Palacio Nacional, con el Presidente de México. A él reclámenle y díganle que no están de acuerdo con esta alianza en Chiapas de Morena y verde. A ver que les dice.
Así que ya no acaben su hígado. Los colores vino tinto y verde, al menos en Chiapas prometen ganar la mayoría otra vez del Congreso y alcaldías locales, obviamente con sus futuras ecuaciones y algebra electoral en el juego de las siglas, pero que seguirá siendo una suma potencial de poder político en esta frontera sur.