Alejandro Moreno acusa retroceso, pero el PRI arrastra un pasado de autoritarismo

El dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, acusó a Morena de pretender aprobar una reforma a la Ley de Amparo que calificó como un “retroceso histórico”. Según dijo, limitar esta figura sería un golpe directo a los derechos y libertades de los mexicanos frente a los abusos del poder.

Sin embargo, las declaraciones del priista contrastan con el propio historial del partido que encabeza, el cual durante más de 70 años de gobiernos hegemónicos fue señalado precisamente por reprimir libertades, silenciar opositores y utilizar el poder judicial a conveniencia.

Discurso de defensa, pero sin credibilidad

En un mensaje difundido en redes sociales, Moreno aseguró que “el PRI está para defender a México” e hizo un llamado a la ciudadanía, organizaciones civiles, universidades y empresarios a cerrar filas contra Morena.

No obstante, voces críticas recordaron que el amparo —figura creada en el siglo XIX y clave en la vida jurídica del país— fue vulnerado en múltiples ocasiones durante los gobiernos priistas, que históricamente manipularon a jueces y magistrados para frenar cualquier intento ciudadano de contrapeso.

El PRI y la paradoja del poder

El líder del tricolor afirmó que limitar el amparo “es propio de las dictaduras”. Pero analistas y usuarios en redes sociales señalaron la paradoja: el PRI, que gobernó bajo prácticas autoritarias y con nulo respeto a la disidencia, ahora pretende erigirse como defensor de derechos humanos.

Moreno incluso advirtió que la reforma pondría en riesgo inversiones y empleos. Sin embargo, durante décadas, los gobiernos priistas fueron acusados de usar la ley de amparo a modo, frenando con ella protestas sociales y beneficiando a grandes corporativos en perjuicio de comunidades.

Estrategia de desgaste político

Para observadores políticos, más que una auténtica defensa de los derechos ciudadanos, el posicionamiento de Alejandro Moreno busca recuperar presencia mediática frente a la debilidad del PRI en el escenario nacional.

El partido, que en 2024 obtuvo sus peores resultados electorales en la historia, enfrenta el descrédito social, divisiones internas y acusaciones de corrupción que le restan legitimidad para hablar de democracia y libertades.

En suma, el discurso del PRI contra la reforma de Morena parece más una estrategia de sobrevivencia política que una verdadera lucha por los derechos de los mexicanos.

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