María Elena Maldonado
La cuarta avanza, arrasando con instituciones, educación, salud, medio ambiente, transparencia y la paz social se ve afectada con los ataques de bandas criminales en plena luz del día, con la aparición constante de cadáveres en varias ciudades del país. Tendríamos que hacer una enciclopedia para nombrar cada insensatez cometida y la extensión del daño que están causando es inaudita.
Una que está en nuestro poder detener el desastre que están por llevar a cabo en el Bosque de Chapultepec, por ahí apareció un tal Gabriel Orozco que yo no había escuchado nombrar y ahora que investigo tiene una trayectoria con varias exposiciones y hasta premios. La crítica de arte mexicana Avelina Lesper, nos dice su punto de vista sobre la obra de este “creador”. Creo que es muy importante situar en manos de quien se encuentra este proyecto y los fines que se pretenden.
Dicen que todos los presidentes han dejado su huella en algún proyecto cultural sobresaliente. El de ahora que está obsesionado con pasar a la historia como uno de los hombres que realizo una transformación –no entrare en detalles sobre su realidad que no es “La realidad”, pues nos llevaría un año, el caso es que curiosamente Orozco es una muestra de sus contradicciones ya que: “Fue el artista orgánico del gobierno panista, que patrocinó su artificial y forzada consagración en el MoMA de Nueva York, con una exposición que sufragó con el erario público; representante de la más evidente decadencia del capitalismo, el que coleccionaban los temidos neoliberales, convertido en representante de las bajas pasiones del régimen de la “austeridad republicana”. Las instituciones culturales en el total desamparo, sin recursos para hacer exposiciones, ni cualquier actividad, esperando la “nueva normalidad” sin presupuesto, y el gobierno pagando el capricho del Orozco Park”.
Dicen que no cobra sueldo, pero a cambio le permitirán construirse su propio museo, en donde exhibirá su cuestionable arte: una selección de objetitos: tapas de botellas, contenedores de huevos, masa de pizza vieja. En el piso los zapatos pegados por la suela, un Citroën encogido. Objetos que serían basura, para mejor información, les dejo la liga para leer la crónica de Avelina Lesper sobre la exposición en el MoMA (https://www.avelinalesper.com/2010/02/gabriel-orozco-en-el-moma.html)
Es también importante preguntar ¿Necesitamos otro museo? ¿Es sobresaliente lo qué ahí quieren exhibir? ¿Tiene que construirse en un área en la que hay que devastar un ecosistema de 5 hectáreas? Calificada como protegida; ahí viven 300 especies de plantas, tanto endémicas como introducidas, además de un invernadero de 500 metros cuadrados. “Un espacio concebido con la intención de difundir la gran riqueza botánica, climatológica y agrícola del país, en donde quizás un poco sin querer terminó convirtiéndose en un auténtico santuario a la contemplación, sustituyendo a la vista de quien lo disfruta los grises del asfalto capitalino por el verde de sus huertos y matorrales”. “También es el hábitat de los ancestrales ahuehuetes que pueden llegar a vivir hasta 500 años y cuentan su historia y la de todos a través de las arrugas en su tronco. Guardianes inmóviles del cerro del chapulín, han atestiguado impotentes la destrucción de su hogar ancestral. Ese paraíso botánico con el que alguna vez soñó Moctezuma, y que hoy se encuentra al borde de la extinción, exhibe más de 30 familias vegetales, incluyendo plantas domésticas (de ornato, medicinales y alimentarias), de humedal, pastizales, agaves y suculentas; además de cactos (uno mide más de 10 metros), plantas de zonas áridas y con flor. El invernadero –una de las estructuras más antiguas del lugar– cuenta con vitrales de domo de cañón y cúpulas esféricas, además de mosaicos dispuestos al estilo art decó de los cuarenta. Este sitio es especialmente húmedo ya que es el hogar de una importante colección de orquídeas, la mítica flor erótica de los griegos.
En 2016, y luego en 2018, la asociación Plantando con Causa se encargó de rehabilitar el Jardín Botánico de Chapultepec; sin embargo, de esas abejas que anunciaban la sección de polinizadores y del estanque que recibía a los visitantes poco queda, ya que la actual administración capitalina ha abandonado su cuidado para sustituir este espacio por un pabellón que forma parte del proyecto Chapultepec: Naturaleza y Cultura, a capricho de unos cuantos en detrimento de todos, pues sus visitantes y beneficiarios, no son sólo los capitalinos, ni los mexicanos, son los pobladores del planeta. Destruir un área verde hoy, debería calificarse como un crimen para toda la humanidad.”
Todos los domingos a las 12 del día, un grupo de defensores de este espacio se reúnen para hacer presencia de su repudio a este crimen, familias enteras, solitarios románticos, apasionados de la naturaleza, visitan el jardín botánico, pasean, lo conocen, conviven, se toman fotos para compartir y hacer conciencia de la importancia de mantener y priorizar estos espacios por encima de intereses personales mezquinos y sin trascendencia.
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