Por: ENA

El significado del verbo “cambiar” tiene diversas acepciones que el pronombre conjuga según sus propias convicciones, ideales, interés o valores.

En política “Cambiar”, para unos puede ser mudarse de domicilio, como quien al término de su mandato se va a vivir a otro país, por ejemplo: a Madrid, España; otros deciden cambiar de partido o de color por ejemplo del rojo al verde, y así podríamos mencionar a muchos políticos que ofrecieron cambiar, y cambiaron para beneficio de ellos o de sus grupos de poder.


En el medio periodístico hemos visto muchos cambios de administración a nivel estatal, por ejemplo: cambios en el que todo era para seguir igual y a veces peor.


Hoy, la diferencia entre el cambio prometido y el real, simplemente es ampliamente notorio, y para muestra ahí les va un botón: muchos periodistas la gran mayoría también ya muy a su pesar “cambiaron”.

Hoy como nunca el cambio es hacer las cosas de manera diferente para obtener buenos resultados diferentes, porque también hay malos resultados. En política los cambios no solo deben enfocarse a una buena administración de los recursos financieros, materiales, tecnológicos, humanos, etcétera, etcétera. Debe “aderesarse” o reflejarse, también muy importante, en la calidez y calidad humana de sus representantes o gobernantes.

“Amor con amor se paga”


Hoy como nunca en el Estado de México esa calidad y calidez se vive, se palpa, se siente en todos los sectores de la población, particularmente en aquellos “tradicionalmente” delegados u olvidados.


El humanismo mexicano y los principios de la trasformación mexiquense, son una realidad que encabeza la gobernadora Delfina Gómez Álvarez. El trato que la primera mandataria da a sus paisanos o conciudadanos es de respeto e igualdad, y el pueblo le corresponde sensiblemente, porque es claro que “amor con amor se paga”

En el Estado de México se han acabado los tiempos en que solo les “llovía a los de arriba” y les medio “goteaba a los de abajo”.


Ahora, con la gobernadora mexiquense, el cambio llegó más allá que los beneficios en obras, apoyos y acciones ciertas y palpables en los rubros de salud, educación, infraestructura, vivienda, seguridad, desarrollo económico y bienestar social, el cambio, hoy como nunca, también se da en el trato, en el acercamiento al pueblo, a todas las clases sociales, en donde, como las buenas lideresas hacen, unen a sus pueblos con un trato igual, en el que a la persona se le ama, se le trata, se le respeta y se le ve igual, por el simple hecho de ser una persona, sin títulos, sin cargos, sin puestos, sin tomar en cuenta su vestimenta, atuendos o poder económico, sin mayor representación que tomar en cuenta la calidad humana del pueblo.

Esto se ve reflejado en cada lugar o rincon en el que la maestra Delfina Gómez Álvarez se presenta, sea en una humilde comunidad o con grandes inversionistas; el trato a las personas es igual, de respeto y con el pueblo le agrega esa calidez y sencillez que le caracterizan, cualidades ausentes en sus antecesores, lo que el pueblo le reconoce y sabedor de que “amor, con amor se paga”.

El respeto y los buenos deseos son recíprocos

En estas fechas decembrinas el amor, el respeto y los buenos deseos son recíprocos, la gobernadora se debe a su pueblo y éste le corresponde, hoy como nunca.
Y hoy me nace del corazón agradecer a la gobernadora que volteó los ojos hacia todos los periodistas, sin distinción alguna.

Hoy me queda más que claro el gran corazón y humildad que tiene en su haber; pues… convivió con todos los que a diario le acompañan a sus giras de trabajo y con aquellos que andan a pie.

Acá estuvieron todos incluyendo a aquellos que en algún momento fueron instruidos para empañar el cambio… Muchos de ellos estuvieron presentes, creo no tienen memoria de sus acciones y que se vendieron; olvidándose de lo que debe ser un verdadero profesional de periodismo.

Hoy el cambio llegó también a esos informadores. Los vi sentados compartiendo los alimentos, los vi con una cara extraña, pues creo se sentían extraños o será que se sentían avergonzados o ya cambiaron? Pero… sí se veía un cambio en ellos.
¿Qué cosas no?

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