Tuvo que llegar el COVID-19 para que nuestras playas quedaran limpias 

•Dónde están y qué hacen las autoridades encargadas de la política en materia de medio ambiente? 

Por: Celia Nava

¿Qué el mar de Acapulco está contaminado? Sí, sí lo está, lo contaminamos todos. Para bien o para mal, cada una de nuestras acciones afecta a todo lo que nos rodea y prueba inequívoca de ello es nuestro mar de Acapulco. Lo contaminamos nosotros, nosotros que somos el peor virus de la tierra. Vergonzosamente “somos los humanos”.

He sido testigo de la agresión hacia las playas de Acapulco, he visto a las mujeres arrojar el “pañal” de sus hijos y, justo en Semana Santa, llega la invasión del “Pez Pañal” pues éstos andan flotando en el mar. Lo más lamentable y peor de todo, es que nadie hace nada al respecto. ¿Dónde están y qué hacen nuestras autoridades encargadas de la política en materia de medio ambiente. Por qué tanto silencio, qué les impide aplicar acciones, multas e incluso arrestos para quienes no respetan la naturaleza? No es un secreto, está a la vista de todos, se carece de una cultura total y absoluta sobre el cuidado de nuestras playas mexicanas. 

Qué lamentable tener que reconocer que a raíz del arribo del COVID-19, las playas se limpiaron, quedaron como antaño con sus colores naturales; esos colores azul turquesa, claro, marino y celeste, que todos éstos juntos hacen un color que solo la naturaleza logra. 

Así como he visto a las mujeres arrojar los pañales al mar, también está la gente que deja todo tipo de basura y, que por cuestiones naturales al llegar las olas, éstas se la llevan. De igual manera he observado a personas que les ha dado por llevar a sus perros a la playa y, obviamente por naturaleza estos “animales” hacen sus necesidades, que desafortunadamente sus dueños no son capaces de recoger; tampoco para ellos hay sanción o multa alguna.

Otro problema que se registra en las playas y que absolutamente nadie lo controla, son las bocinas a todo lo que da el volumen, sin el más mínimo respeto para con la gente que está alrededor y, así sucesivamente está a la orden del día la contaminación en las playas. Indiscutiblemente no terminaría de describir lo que es capaz de hacer el ser humano por acabar con la tierra. 

Pero… ¿qué creen? Por fin la madre tierra se hartó; a todos nos tiene encerraditos, ¡qué bueno! se los digo con todo respeto, eso y más nos mereceremos, la hemos agredido al grado de casi destruirla. ¿Qué no se dan cuenta? La tierra no es nuestra, estamos solo de paso, somos visitantes; ésta no nos necesita, nosotros a ella sí. Mientras vivamos en ella la necesitamos para llevar una vida feliz, disfrutar de sus mares, ríos, montañas, cielo, agua y aire. 

La tierra no es esclava, lo está demostrando ¡cuídemosla! nos está dando la oportunidad de seguir habitándola y, podría ser ésta la única. 

Exhorto a las autoridades correspondientes y a la sociedad en general, que al regresar a nuestras playas, sea con la mentalidad de proteger, cuidar, amar y conservar toda la naturaleza. Dejemos de ser egoístas, descuidados e indiferentes a este asunto del medio ambiente. Pensemos en nuestros hijos y nietos, ¡dejémosles un mundo mejor! ¡Respetemos la tierra!

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