Por Socorro Valdez Guerrero

¡Conocí al monstruo por dentro! Me texteó, se refería a ¡Cuba!
Yo, al del escupitajo infeccioso ¡Dañino!
De frases que contagian y enferman a otros, a los ¡Merolicos!
De ese que imita modelos de vida indignantes y vomita ¡Porquería!
Cuba, monstruo que recicla en su sistema público de salud, gasas y jeringas para sus pacientes.
Con médicos ignorantes en el manejo de aparatos de alta tecnología.
Yo seguía con mi opinión sobre el mentiroso mandatario, pequeño y ¡Frustrado!
Una platica de texto con el orgulloso mexicano de bata blanca, que alguna vez creyó en Cuba.
Médico desilusionado de comprobar en catorce años la realidad del sistema
médico público de la Habana.
De enseñar y regalar insumos a sus homólogos cubanos.
De comprobar diferencia entre ambos sistema, aún con carencias y deteriorado servicio mexicano.
Aquí, prescripción de cajas de paracetamol, allá, sólo seis aspirinas para un tratamiento que necesita 168 pastillas durante tres meses.
México con médicos privados, con pago de 30 pesos la consulta y farmacias para adquirir medicamento.
Ambas condiciones para enfrentar una enfermedad, que por falta de citas, escasez y carencias el ISSSTE y el IMSS, niega a sus “derechohabientes”, que le pagan cuotas.
Especialista mexicano de la desilusión de un sistema cubano que premia la investigación con una ¡Bicicleta!
Que da ese ¡Transporte!, que no tenía el investigador para llegar al Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología.
Centro en el que descubrió el Herberprot, para la malformación de vasos sanguíneos en el pie diabético para que Cuba lo vendiera en millones de dólares a Guatemala.
También a Nicaragua, el Congo y Vietnam y el inventor con su nueva ¡Bicicleta!
Ese es el ¡Monstruo! Que quiere igualar el gobierno de México con disfraz de “misión”.
Médicos y maestros comercializados como mercancías, como viles esclavos.
Para introducir adoctrinamiento que se acostumbre a lo limitado, a la explotación, a obedecer lo ¡Mediocre!
¡¡Cuánto más soportar las locuras!! Del que es vergüenza en su pequeñez interna y exhibición internacional.
A quien es candil de la calle y oscuridad de su ¡Nación!
Al que descalifica a los de valentía y defensa en calidad profesional y ¡Aspiración!
De nuevo contra los de ¡Bata blanca!, que salvan vidas y mejoran la salud.
¡¡Otra vez su vileza!! Contra especialistas mexicanos que enseñaron a los del hospital “Frank País” de ortopedia infantil.
A los del Instituto Nacional de Rehabilitación “Julio Díaz”, cuya práctica para reconstruir era patética e inconcebible para los mexicanos.
Un sistema cubano de salud con una sola bata de más de una década, sustituida por las del IMSS, que les obsequiaba la nobleza de especialistas mexicanos en cada viaje a esa nación.
Con médicos, que traficará el mexicano y explotará, el cubano como los nuevos ¡Esclavos del siglo XXI!!
Ambos iguales en la infamia, la mentira y mezquindad sobre la educación y servicios de salud “¡Gratuitos!”.
¡Ambos, verdaderos monstruos! Para el mexicano que viajó y dio a sus homólogos en Cuba parte de su especialidad.
Que conoció al ministro de Salud y de finanzas de la Habana, tan sumisos como sus homólogos en México.
Que vivió al mismísimo ¡Monstruo por dentro! De 1994 a 2008, en el mentado “periodo especial”, y hoy sin avances.
Que decide guardar silencio para no revelar lo que constató del hospital psiquiátrico “Manuel Fajardo”, en Cuba.
¡Nadie creería lo que pasa allá!
Un país maquiavélicamente kafkiano, que comercia con maestros y doctores.
Que quiere igualar, el que acusa de ¡Retrógrada!, a su comunidad médica mexicana.
Al que su infamia acepta médicos cubanos como esclavos y abre un sistema de salud nacional, un IMSS, en colapso a ¡Guatemaltecos!

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