Por Socorro Valdez Guerrero

Tiempos difíciles para el razonamiento y la crítica, sin carga emocional.
Adversidad que empuja al pensamiento negativo, frente a infortunios. Desaciertos en políticas públicas y acciones de gobierno, que deterioran la relación social.

Nombramientos diplomáticos, que se tornan salida o escape para no enfrentar la ley.
No exclusivo de este gobierno, de ¡Todas! Las administraciones.
Cargos públicos y funcionarios no tan inmaculados y hasta dudosa trayectoria.

Fractura de empatía social.
Sociedad de sólo comentarios insultantes y hasta funestos.
Evidente y grave ¡Descomposición social! Por ausencia de conducción razonada.

Mentes obnubiladas, proclives a la manipulación ideológica por resentidos y tiranos.
Pensamiento erróneo, producto de información y mensajes contaminados de artificios.
Condición humana que repite sólo el pensamiento de otros, sin criterio.

Carga emocional, con ¡Verborrea! Es decir, exceso de palabra sin contenido y con ¡Violencia!
Frustraciones, enojo y odio social, producto de abusos del pasado y de un presente, que empuja a la ¡División ciudadana!

Intolerancias a criterios que disienten y mensajes en redes sociales cargados de ofensas.
Vejación que posicionan los del arte de manipular la conciencia y comunicar ¡Mentiras!
Sean de apellido López, Nieto, Sheinbaum, Monreal, del Mazo.
Medios de comunicación o partido político X o cualquier otro.

Meros promotores de ideas para el enfrentamiento, que llevan hasta deseos de ¡Muerte!
¡Violencia! Entre ciudadanos, políticos o cualquiera que no esté de acuerdo en algo.
Homicidios o actos cargados de ultraje, que se convierte en beneplácito social.

¡Cuidado! ¡Fanáticos y fanatismo! Desbordado en una sociedad controlada y sin conciencia.
Manejo subrepticio, que se congratula del mal ajeno y de la justicia en manos propias.

Juicios a priori y justificación de acciones, incluso funestas, sin reflexión ni razonamiento.
Leyes incumplidas inequidad y vejación cotidiana.
Es decir ¡Justicia! Propia sin respeto a derechos.
¡Anarquía! Y promoción de ¡Arbitrariedad! Excesos e ¡Impunidad! Hasta oficial.

Carencia de sentimientos y valores, que empujan a creciente violencia verbal a la menor provocación.
Camino ¡Pantanoso! Que lleva a condiciones más
adversas por la vileza humana.
Sesgo, que justifica desde ofensas, hasta ¡golpizas!, violaciones y homicidios.

Superficialidad de opiniones, que no repara en los ¡Delito! Ni la urgencia de castigo.
Sólo juicios ¡Condenatorios! Y revictimizar.
¡Cuidado! Prejuicios hasta en los impartidores de la ley -policías, jueces, magistrados y MP-.
Carencia de investigación de hechos, razonamiento y carga de suposiciones.

Ni argumentos ni ¡Pruebas!
Sólo respuesta mediática ante atropellos.
Expresiones ligeras, que desaparece el razonamiento para anteponer ataques e injurias.
Violencia verbal y escrita cotidiana en redes sociales. ¡Contaminación! Del pensamiento! Que aumenta gravemente.

¡Enemigos! Sólo por criterios y opiniones, diferentes.
¡Alevosa! Manipulación pública, del que desvirtúa hechos y vicia el pensamiento.
Un malvado de estructura sicológica de sicópata, que urge detener, ¡no! Ratificar.
Un desquiciado que con soberbia presume maniobra de ¡Revocación! De mandato.

¡Alevosa! Manipulación de cómplices! a los que pide lo unjan para enquistar beneficio personal y perpetuar la ¡Opresión!
Razonamiento social, tan ¡Apremiante! Para frenar ¡Podredumbre!
Cuidado, lo que pasa a tu hermano mexicano, te puede pasar a ti.

Estamos en la ¡Casa del jabonero!

Comentarios

Comentarios