Por Socorro Valdez Guerrero
La decisión de la Corte sobre el aborto, me trae recuerdos.
Vivencias propias, profesionales y experiencia hasta personal.
Como periodista cubrí la “fuente” religiosas y viví lo controversial y manipulable que es el tema.
Logré para Heraldo de México la exclusiva sobre la “Virgen contra el Aborto”.
La nota la compartí con una compañera de la Jornada, donde también se difundió en portada, aunque no con la imagen.
Una que pocos conocen, y decidí que sería sólo para mi medio.
De nuevo la comparto de JSánchez/2001, también autor de la imagen indígena, no la españolizada de Juan Diego.
El tema, se toca otra vez.
Me lleva al antes y después.
A sostener que el aborto es decisión sólo personal, más allá de leyes, de ideologías, creencias religiosas y sociales.
Exclusivo y de conciencia de ¡Mujer! Que ven poco, porque tiene mucho de individual.
Va más allá de los jaloneos de antes y de ahora; de las opiniones encontradas entre iglesia, grupos pro y en contra.
Incluso, de la injerencia activa de mujeres, que ni han abortado ni tampoco son madres.
Presidentes como Vicente Fox, su esposa y legisladores frenaron el avance del tema.
Aún con los cambio, todavía está presente, el sí y no al aborto.
Un juez, un magistrado, un legislador, incluso grupos y algunas feministas, no conocen muchas veces, lo que una mujer enfrenta tras una u otra decisión.
Un hombre ¡Jamás lo sabrá!
No se puede opinar sin la experiencia de ser madre o de abortar.
En ambos casos, se involucra más que la ideología, lo económico, lo social o la creencia religiosa.
El enfrentamiento político/mediático por un sí o un no, deja aún lado, qué siente la mujer cuando decide abortar o no.
No reparan en las consecuencias inmediatas y hasta futuras, que se deben atender.
Esa libertad se reduce solamente a cuestiones políticas y mediáticas.
Incluso para beneficio partidista y personal.
Deciden por muchas y reparan en las condiciones de pocas.
Es un tema que conlleva sólo lo valioso de no perseguir ni castigar por una decisión ¡Personal!
Y el método “seguro” para ellas.
La conciencia es, sin embargo, el verdadero ¡Verdugo!
Es en lo íntimo de tu creencia, la que te acompaña cuando determinas ¡Abortar! O no.
Y ¿se preocupan de eso?
En ir más allá y en políticas públicas de ayuda mental a las indecisas o después del ¡Aborto!
En atender internamente lo que enfrenta o padece la mujer.
Hace falta ¡Mucho por hacer!
No es tan simple, como ¡Abortar o no!
No es nada más despenalizar, sin mirar las consecuencias mentales de una u otra decisión.
En algún momento de mi vida, me cuestioné ¿Abortar o no?
Es ¡Un caos infernal!
Lo enfrentas ¡Sola!, incluso, después del procedimiento.
Aún, muchas lo hacen así y en silencio; ese es el verdadero ¡Calvario!
¿Qué hay de ellas, qué piensa cada una en lo íntimo de su conciencia?
Más allá del sesgo ideológico, mediático y religioso en que está convertido el tema, es una condición difícil para la mujer.
Sobre todo en la juventud, porque no sabes a lo que te sometes.
En la mía, estaba a favor cuando joven.
Después, sin caer en nada más que en mi situación personal, ¡cambió mi percepción!
Se transformó cuando por primer vez vi el ultrasonido que me llevó a entender que había otro latido en mi vientre.
Un golpeteo que te dice: ¡Hay vida!
En ese tiempo, sólo vi un hoyo negro que parpadeaba constantemente.
El avance tecnológico, ahora permite más claridad de esa ¡Vida!
Y aún me cuestiono, ¿sí me hubiesen violado o por desliz e infidelidad, me embarazan y si hubiera malformación, sería capaz de abortar?
¡No lo sé! Yo lo hice, por ¡Cobardía!
Por no enfrentar ni “truncar” estudios, por la crítica familiar y social.
Y sobre todo, ¡por irresponsable!, por ¡No protegerme!
Mis hijas, y muchas otras, aún jóvenes, tomaron y toman una decisión más firme y ¡Ejemplar!
La mía, aún ¡Taladra mi mente!
No se supera un ¡Aborto! Y menos por ¡Descuido!
No puedo opinar, qué pensar por otras causas.
Ahora con firmeza, sostengo ¡No al aborto!
¡No! Por irresponsable ni miedo a encarar la vida.
¡No! Por ¡Calentura!
¡No! Con tantos métodos y formas de evitar crear un ser.
¡No! Más allá que se me castigue y sea en forma segura.
¡No!, porque es mejor un anticonceptivo, que matar por cobardía e irresponsable a ¡Un ser!
Y ¡Sí!, sí por acciones públicas que acompañen a la mujer en una u otra decisión.