María Elena Maldonado
Segura estoy que todos sabrán de quien hablo, no sin mencionar de su capacidad de manipular a los pejezombis. Muchos de los amloistas tienen su acomodo dentro del régimen, lo mismo que condenan de los conservadores mientras lamen su hueso que los encadena a permitir que destruyan México. No hay orgullo en ser cómplice de la degradación del país de todos.
Es imperdonable cada acto de corrupción que deteriora el país, la negligencia, el retraso eterno de la
educación para abastecerse de suficientes ignorantes que ignoren como entender un país que en vez de ir para adelante va para atrás, para que los alaben por los pesos que creen que ellos les “regalan” para que sigan bajando la cabeza y no vean la cima que les pertenece.
Todos los días al ver las noticias es inevitable que venga a mi mente la frase “Es un horror estar con Obrador”, vamos viviendo los mil y un desastres con sus ocurrentes transformaciones. Los desastres más vistosos son sus enormes obras que ni siquiera tienen el respaldo de profesionales serios que avalen los gastos multi millonarios y la destrucción de ecosistemas irrecuperables, en estos dislates que jamás serán funcionales, se los apuesto.
Sólo un repaso, las listas de los desastre son inmensas. Empezando con el tren maya y sus
mentiras e incongruencias, recordemos cuando López dijo que ni un árbol sería derribado, han sido derribados miles de ellos, eso entre los múltiples e inhumanos despojos a las comunidades originarias, a la fauna y la flora, un crimen a la vida natural de lo poco que nos queda de selva.
El absurdo de que funcione con gasolina diésel -para ahorrar dinero- cuando todos los trenes del mundo se mueven con energía eléctrica limpia, sume que México no puede cubrir la demanda de ese combustible de Ultra Bajo Contenido de Azufre (UBA) y lo vamos tener que importar. Habría que evaluar el costo y el daño al medio ambiente a largo plazo.
Entre las barbaridades diarias; después de depredar 120 mil árboles resulta que modificaron la trayectoria -para ahorrar tiempo- ahora no pasará por Playa del Carmen, no será elevado, como se había dicho y este crimen al ecosistema ni siquiera tendrá justificación. No aprenden la lección ni de sus propios errores, la línea 12 del metro también fue apresurada, modificaron plan inicial.
Ebrard, Delgado, sus constructores –especialmente Slim hizo el tramo elevado que con sus ahorros, prisas en medio de una corrupción desmedida, de compras absurdas en las que los carros no empataban con las vías, su cochinero se cobro 26 vidas y dejo secuelas permanentes en varias de las víctimas. Ahora repiten la historia.
Jiménez Pons, director de Fonatur, encargado del tren, ha sido reemplazado sin explicación. Su sustituto Javier May, otro tabasqueño, quien cuenta solo con estudios de preparatoria, “No se necesita que uno sea ingeniero en líneas férreas para coordinar los trabajos de construcción y de diseño”, explicó el secretario de Gobernación, también tabasqueño. ¿Se puede ser más insensato?
La urgencia por terminar es que el hombrecito quiere inaugurar sus obras antes que termine su sexenio y quizá ahora suma la preocupación de su deteriorada salud, su igual enfermo ego ha de entriparse de pensar que alguien más aparezca en la escena de “los logros”, cuando es evidente que ya son obsoletos antes de echarlos a andar.
La refinería, igual que el aeropuerto empezó mal en todas sus formas, López por capricho personal decidió colocarla en Tabasco a pesar que un estudio de 2008 realizado por el estatal Instituto Mexicano del Petróleo para Pemex reveló que Dos Bocas era el peor de siete potenciales sitios considerados para una nueva refinería debido a razones ambientales y sociales, incluida la presencia de manglares y el riesgo de inundaciones.
En diciembre de 2018, la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA) determinó que el desmonte en el predio donde se construirá la refinería en Dos Bocas, Tabasco, inició sin permisos ambiental ni de cambio de uso de suelo, y ordenó a la empresa responsable a parar los trabajos.
Después ya no encontré información sobre esta ilegalidad, si hubo multas por lo menos. Vivimos en el país y hoy peor que nunca en el que la transparencia es leyenda y el respeto al medio ambiente inexistente, el daño causado a la zona es catastrófico en todos sentidos. El costo se ha incrementado 486% y no encontré el número de veces que la construcción se ha tenido que detener por las avisadas inundaciones.
Prefiero no hablar de una de las inenarrables estupideces sin parangón del sexenio: la cancelación del Aeropuerto de Texcoco. Ahora el de Santa Lucia, ínfima caricatura de aquel, padece igual que sus otros desatinos diversos obstáculos anunciados por los expertos y el precio sube más cada día.
López dijo que costaría menos de 80 mil millones, para mayo del 2021 ya llevaba 84 mil 956 millones 62 mil 639 pesos, amén de no ser aceptado por la normatividad internacional para sus vuelos, harás más de una hora y llegar te costara más de mil 500 pesos, o sea que algunas veces será más caro que el costo del vuelo.
Puede recibir sólo 14 posiciones, mientras el de Texcoco tendría 120 posiciones para ser el más grande de Latinoamérica. Su diseño creado por el equipo que lideraban Fernando Romero y Norman Foster, ganó el Global Architecture & Design Award.
El equivalente del Nobel de arquitectura. Estaríamos disfrutando un aeropuerto de primer mundo, tendremos uno del tamaño de la mediocridad de un ridículo ignorante. Que penas que seamos un país que iba un paso adelante y éste dando cinco para atrás.
emaldonadoballesteros@yahoo.es