Por Mario Díaz
¿Diplomacia o Tratado?
-Polariza la opinión pública la algarabía de la Cuarta Transformación
-El T-MEC y no la diplomacia fue el factor para evadir aranceles
-De acuerdo al tío Sam a México “le irá bien si se porta bien”
H. Matamoros, Tamaulipas.-Desde cierta perspectiva no resulta justo y objetivo el triunfalismo mostrado por el gobierno de la Cuarta Transformación respecto a las supuestas o reales ventajas derivadas de la política comercial a nivel mundial que está aplicando el presidente de los Estados Unidos, DONALD TRUMP.
Si bien es cierto que México no sufrirá los embates de los incrementos arancelarios estadounidenses que, incluso, han cimbrado los mercados bursátiles, la realidad es que la medida preferencial no obedece precisamente a la diplomacia mexicana sino a lo que establece el Tratado Comercial de México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC).
Hace algunas semanas, la presidenta CLAUDIA SHEINBAUM PARDO convocó una concentración ciudadana en el zócalo capitalino para “celebrar” la pausa de un mes de la aplicación de los aranceles recíprocos del gobierno yanqui al azteca.
En esa ocasión, con bombo y platillo la 4T informó a la reunión masiva informativa que, gracias al diálogo, buena relación y respeto a la soberanía nacional el mandatario del país de las barras y las estrellas decidió pausar el arancel a los productos mexicanos que ingresaran al territorio norteamericano.
A inicios del presente mes, nuevamente la algarabía envolvió a la jefa del Ejecutivo federal y al secretario de Economía MARCELO EBRARD CASAUBÓN tras el anuncio del tío Sam de que los productos incluidos en el T-MEC no serían afectados por la reciente política comercial y que solo se gravaría con el 12 por ciento a los no incluidos en el tratado comercial.
De igual manera, la presidenta SHEINBAUM PARDO tomó la decisión arancelaria como un triunfo del gobierno mexicano comparado, obviamente, con el impacto que resintieron alrededor de 65 países que tienen relaciones con comerciales con los Estados Unidos.
Asimismo, la mandataria nacional le apuesta al Plan México 2030 que contempla reforzar la economía interna, lograr la autosuficiencia en varios rubros y fortalecer la industria automotriz, tal y como en 2012 la entonces presidenta de Brasil, DILMA ROUSSEFF, implementó ese innovador y productivo programa de fortalecimiento económico en ese país sudamericano.
Sin embargo, lo que la titular del segundo piso de la Cuarta Transformación no contempla en el Plan México es el necesario programa de inversión de capital privado como elemento primordial para la generación de empleos.
La incertidumbre económica que genera para México la política comercial del presidente TRUMP y la reforma al poder judicial que no refleja un resultado alentador con la elección popular de jueces, magistrados y ministros son, entre otros, factores que no generan certidumbre entre los dueños de los capitales.
El amague de la Casa Blanca para castigar con aranceles a los gobiernos que no cumplan los requerimientos en materia de migración y tráfico de fentanilo a la Unión Americana coloca a México en un estado de indefensión y, a la vez, no generador de certidumbre a la inversión privada.
Desde esa óptica, queda a criterio del tío Sam si incrementa o no aranceles a los productos de exportación mexicanos a ese país dependiendo si México se “porta bien o se porta mal”.
La triste realidad en materia económica y comercial es que México nunca podrá enfrentar en igualdad de condiciones a los Estados Unidos de Norteamérica, sin importar el grado de efectividad del uso de la diplomacia y el respeto a la soberanía nacional.
También, en poco o nada influye el criterio de la presidenta CLAUDIA SHEINBUAM respecto a que las medidas arancelarias del presidente DONALD TRUMP afectan a empresas con décadas de operación en México y que lo mismo ocurrirá con los consumidores de esa potencia mundial.
No obstante, le asiste la razón a la inquilina de Palacio Nacional cuando afirma que “no es con amenazas, ni con aranceles, como se va a atender el fenómeno migratorio ni el consumo de drogas en Estados Unidos; se requiere de cooperación y entendimiento recíproco a estos grandes desafíos”.
¿Cómo la ve?
DESDE EL BALCÓN:
I.-Lo dicho, mientras prevalezca el criterio de que “si te portas bien, te va bien, y si te portas mal, te va mal” que aplica la política comercial del presidente de los Estados Unidos DONALD TRUMP, difícilmente se generará un clima propicio para la atracción de inversionistas.
Ni hablar.
Y hasta la próxima.
mariodiaz27@prodigy.net.mx