Por Mario Díaz
Decreto no; prevención sí
-Los desastres naturales no se pueden extinguir o controlar por decreto
-La prevención y atención gubernamental minimizaría los daños
-Huracán Otis en Acapulco e inundaciones en la huasteca, claros ejemplos
H. Matamoros, Tamaulipas.-Si bien es cierto que los desastres naturales no se pueden evitar por decreto, también es cierto que la prevención es un elemento esencial para disminuir la pérdida de vidas humanas y elevados daños materiales cuando se presentan los distintos tipos de fenómenos meteorológicos.
El huracán Otis, categoría cinco, que azotó con toda su furia en el puerto de Acapulco, Guerrero, dejando un saldo mortal y millonarias pérdidas en daños materiales es un claro ejemplo de lo que sucede cuando existe negligencia o apatía de las autoridades de los tres niveles de gobierno.
Las torrenciales lluvias que se presentaron recientemente y que provocaron desbordamiento de ríos y canales en los estados de Veracruz, Puebla, San Luis Potosí, Hidalgo, Querétaro y San Luis Potosí, es otro ejemplo de la combinación de la fuerza devastadora de la naturaleza y la indiferencia de alcaldes, gobernadores y presidenta de la república.
El Comité Nacional de Emergencias que encabeza la presidenta CLAUDIA SHEINBAUM PARDO y la Coordinación Nacional de Protección Civil no atendieron en tiempo, forma y con la celeridad pertinente la alerta emitida por la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA).
Si las autoridades respectivas hubieran atendido el último reporte meteorológico en aquel entonces que anunciaba el impacto del huracán Otis al filo de la medianoche y no en las primeras horas del día siguiente de aquella fatídica fecha, la alerta y evacuación combinado con otras medidas preventivas, seguramente habrían dejado un saldo menor en pérdida de vidas humanas y los millonarios daños materiales en las zonas, urbana, rural y hotelera del puerto de Acapulco.
Del mismo modo, el anuncio oportuno de la Comisión Nacional del Agua previendo la caída de agua de más de 280 milímetros en Veracruz y 286 en Puebla, debió haber alertado a las autoridades estatales para alertar a los pobladores en zonas bajas o comunidades rurales, habilitar de inmediato los refugios temporales y, sobre todo, forzar la evacuación de personas en las zonas de riesgo.
Resulta inconcebible que con el torrente de río Cazones, en el estado de Veracruz, a escasos centímetros de la plataforma vehicular no se tomara como una potencial alerta de lo que sucedería en las siguientes horas.
No obstante, para la gobernadora de esa entidad federativa, ROCÍO NAHLE, la energía liberada por la fuerza del agua “sólo desbordó una parte del río Cazones”, lo cual, por supuesto, ocasionó una serie de críticas a través de los medios de comunicación tradicionales y las redes sociales por la ligereza de su comentario a pesar del saldo mortal y pérdidas económicas que dejó la fuerza de la naturaleza.
El problema se recrudece en las zonas afectadas por la inundación ante el riesgo inminente del surgimiento de enfermedades y epidemias ante la contaminación de las fuentes naturales de abastecimiento de agua y el tapete de lodo con todo tipo de desechos y residuos tóxicos que cubrió las zonas urbanas y rurales.
Respecto a que si la desaparición del Fondo Nacional de Desastres (FONDEN) incidirá negativamente en los apoyos a damnificados y reconstrucción de daños, el desastre natural en la zona de la huasteca mexicana será un efectivo termómetro que colocará en su justa dimensión la decisión del gobierno de la Cuarta Transformación.
Como es del dominio público la extinción del FONDEN por la 4T se ha convertido en un tema polarizado: por un lado, la versión oficial que indica que los apoyos se entregarán de manera directa a los afectados y, por el otro, la postura opositora al régimen que duda de la existencia del recurso y que lo coloca en los programas federales que producen clientela electoral y en las obras emblemáticas del primer piso de la Cuarta Transformación.
Mientras tanto, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) atendía los últimos reportes de daños que afectaron a más de 320 mil usuarios que se quedaron sin energía eléctrica en las cinco entidades federativas que sufrieron estragos por las copiosas lluvias.
Asimismo, el reporte oficial de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transporte (SICT) indica que en mil 56 kilómetros de la red carretera federal en Veracruz, Puebla, Hidalgo, San Luis Potosí y Querétaro, se registraron daños materiales como consecuencia de las inundaciones y deslaves en distintos puntos carreteros.
Como suele suceder en este tipo de desastres naturales, la Secretaría de la Defensa Nacional activó el Plan DN III-E, desplegando elementos del Ejército Mexicano, de la Fuerza Aérea y de la Guardia Nacional en las zonas afectadas.
Por su parte la Secretaría de Marina Armada de México (SEMAR) desplegó efectivos militares al implementar el Plan Marina y establecieron albergues terrestres equipados con cocinas comunitarias.
DESDE EL BALCÓN:
I.-Por supuesto que no se puede ni se debe responsabilizar a la presidenta CLAUDIA SHEINBAUM PARDO, gobernadores o alcaldes de los desastres naturales en cualquiera de sus manifestaciones, toda vez que no están sujetos a decreto.
Sin embargo, lo que sí pueden y deben los gobernantes en turno no minimizar las alertas de la Comisión Nacional del Agua o el Servicio Meteorológico Nacional tal y como sucedió con el huracán Otis en Guerrero, y las recientes inundaciones en la región de la huasteca.
II.-El Maestro VIRGILIO A. ARIAS RAMÍREZ, presidente del Club Primera Plana, fue el invitado especial en el programa radiofónico Rojos, Verdes y de Dulce que conduce el periodista MAURO HUERTA DÍAZ y que se transmite a través de Radio Locutor desde las instalaciones de la Asociación Nacional de Locutores de México, en la capital del país.
El dirigente gremial expuso la historia del CPP fundado en 1959 tras la deliberación y acuerdos de los responsables redactores de los principales diarios impresos de aquella época.
Y hasta la próxima.
mariodiaz27@prodigy.net.mx