Por Socorro Valdez Guerrero

Un cráneo humano detuvo mi caminar abruptamente. ¡Me sorprendí!, no por ser restos humanos, si no por la frase inscrita en lo que fue su frente.
¡Pensa! Describía en su craneo, con letras blancas y fondo negro.

Irremediablemente me llevó a la profesión. A la mía, a la de prensa.
A la de ¡Periodista! A las muertes de mis compañeros de gremio.
A la manifestación por los asesinatos de periodista.
A las protestas con cámaras, micrófonos y celulares en la Ciudad de México.
En Gobernación, en Palacio Nacional, en el ¡Estado de México!
En todo el país.

Era un repudio generalizado por los asesinatos de 50 periodistas.
¡Dos en este año!
Por el crimen de Lourdes Maldonado, por el de Margarito Martínez.
Por los de todos aquellos que han caído ante las balas asesinas.

Por indolencia gubernamental.
Por oídos sordos de un presidente de la República, que no escuchó a quien le pidió ayuda.
Por un mecanismo que no protege a ¡Nadie! Menos a periodistas y sus derechos.

Mi objetivo en el panteón San Nicolás Tolentino, era otro cadáver, otro tema…
El caso del ¡Bebé Tadeo! Y en mi andar, encontré ese cráneo.
También los restos de una caja de niño y su muñeco de peluche con la figura de Micky Mause.
¡Que coincidencias! Ironías de la vida.
Ambas muertes rondaban mi pensamiento.
Eran noticias nacional.

No deseaba escribir de ninguna ni manifestar nada sobre el asesinato de ella. No me gusta los pronunciamientos, aunque ambos casos me “jalaron” a expresar mi sentir.
Mi propósito inicial era llegar al lugar donde exhumaron a ese bebé.
Me topaba de nuevo con tumbas, con otros teatros. Con cocos, con retos de evidente uso para brujería.
Llegué al lugar. Plasmé en video y fotografías el momento.

Regresé por el mismo camino.
Me detuve para otras gráficas.
Sorpresa! El cráneo ¡Ya no estaba!
Había desaparecido.
Lo busqué insistentemente, volteé y lo miro cerca de una cruz, oculto entre un arbusto.
Me quedé estupefacta, alguien lo había movido del lugar.

Volví a plasmar el suceso.
Seguí mi caminar, en ese silencio sepulcral y pensé: ¡Hasta el cementerio protestó!
Lanzó su grito de ¡Basta! No más periodistas asesinados.

No más ¡Impunidad! #SinMasPeriodistasEnSusListas
Plasmé en fotografías ese encuentro. En texto ambos temas de muerte.
De exigencia de ¡Paren! Nadie merece morir asesinado.
Nadie por expresar un sentir, por evidenciar, por un #PeriodismoQueDaLaCara
No #PeriodismoEnRiesgo.

Seguí mi andar con el pensamiento de ¡No! Abuso sin castigo ni exhumación de bebés, sin responsables.
Aunque este, es un tema que también les compartiré.

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