Por Socorro Valdez Guerrero
Presión social sobre uno, presión social sobre otros, aunque sólo acomodaticia ¡Justicia!
Impunidad, caprichosa.
Boda suntuosa y en todos, paladar exquisito, sin ¡Austeridad! Y menos de cuarta.
Uno de pato a la Pekín y los otros de jet privado, dólares, róbalo crujiente y carpaccio.
Todos, hoy condenados sólo por la simulada justicia con ¡Gracia! a los amigos.
A los enemigos, ley a ¡Secas! Reclusorio presencial después de Año Nuevo para el considerado “fifí”.
¡Cárcel! A uno con simulada justificación: “Riesgo de escape”.
Real, presión pública para todos los insertos en una cuarta transformación.
Despido -fingidas renuncias- y a otra, y al otro, sin responsabilidad por abandono laboral.
Ni por omisión en el ejercicio del cargo de aquella ante evento -Fórmula 1- que arrojó ingresos por 14 mil 300 millones de pesos, tan necesarios para servicios públicos y beneficio ciudadano.
Para todos, sólo castigo por presión y evidente inequidad justa.
Pemex uno, Turismo otra, el que identifica operaciones ilícitas financieras, también.
Más de tres exhibidos y sólo uno encarcelado por ¡Ostentos! De actos.
Mera actuación por presión mediática, social, ¡No! Por cumplimiento de ¡Justicia!
Encubrir para sostener austeridad, sin importancia al ¡Abuso!, los excesos y sobre todo, el ¡Abandono! De responsabilidad.
Casos de hipocresía, sin valía ni reconocimiento a la ¡Verdad!
Favorecidos por la justicia torcida, por “pecar” sin ¡Austeridad! No discreción.
Trío sólo de desfachatez en la irresponsabilidad de servidor público.
Omisión y después ¡Olvido! Para el de la luna de miel.
Renuncia fácil, sin mayor castigo.
Ejemplos claros, de ¡Impunidad! Y ley de traje a la medida.
Exigencia social al verdadero combate a la ¡Corrupción! E ¡Impunidad!, sin necesidad de exhibir.
Hipócrita paráfrasis del emulo y su súbdita, aunque exhibidos, ellos sin mayor pena ni ¡Castigo!
Sólo fingidas ¡Renuncias! Aún con delitos. Salida fácil de ¡Todos!
Poder, que decide cómo es la ¡Justicia! Y la gracias para los amigos, y también la ley a secas, para el ¡Enemigo!