Por: Lalo Porras.

Dicen algunas personas que el feminismo es la defensa de la mujer, pero la pregunta es: ¿sin más ni más, la mujer feminista no es aquella que logra éxitos en la vida en cualquier actividad social? ¿Es más agradable que le obsequien posiciones por ser mujer o ganárselo en una contienda que se gane con trabajo, inteligencia y conocimiento, en piso parejo?

El feminismo es un movimiento social y político que se inicia formalmente a finales del siglo XVIII -aunque sin adoptar todavía esta denominación- y que supone la toma de conciencia de las mujeres como grupo o colectivo humano, de la opresión, dominación, y explotación de que han sido y son objeto por parte del colectivo de varones en el seno del patriarcado bajo sus distintas fases históricas de modelo de producción, lo cual las mueve a la acción para la liberación de su sexo con todas las transformaciones de la sociedad que aquella requiera.

Marcuse dice que el movimiento feminista actúa a dos niveles: uno, el de la lucha por conseguir la igualdad completa en lo económico, en lo social y en lo cultural; otro, “mas allá de la igualdad” tiene como contenido la construccion de una sociedad en la que quede superada la dicotomía hombre-mujer, una sociedad con un principio de la realidad nuevo y distinto. (“Marxismo y feminismo”). En una línea de pensamiento parecida, M. Godelier, reconoce que “Nos orientamos hacia relaciones sociales sin referencia en el pasado.

En un mundo que afronta desafíos en la lucha por la igualdad de género, es imperativo que alcemos nuestras voces y defendamos los derechos de las mujeres. Para lograrlo, el feminismo se presenta como un movimiento inclusivo y, a su vez, como una poderosa fuerza transformadora con el poder de derribar barreras y forjar un futuro donde la equidad y la justicia brillen para todas las personas.

En este sentido, ser feminista no significa que piensen que las mujeres merecen derechos especiales; significa que saben que merecen los mismos.

El feminismo no habla de superioridad.

No debe discriminar, menospreciar o castigar al otro género.

Simplemente debe combatir las desigualdades que sufren las mujeres por el mero hecho de serlo.

No luchan por ser “más”, luchan por ser igual, en cuanto a las actividades y acciones, no en lo que nos dió la naturaleza.

En este contexto, no todos los hombres respaldamos el machismo, aunque el sistema en sí mismo está impregnado de él y es difícil escapar de sus efectos.

Nosotros los hombres, también sufrimos suposiciones y expectativas basadas en su género y ello nos condiciona a vivir y a actuar de cierta manera, aunque no es comparable.

La aspiración de las mujeres feministas se centra en eliminar la discriminación de género y promover el respeto hacia las mujeres como seres humanos iguales en valor y dignidad a los hombres, es decir, un mundo justo e igualitario para todas las personas, por ello no se debe abusar ya en ningún aspecto contra el hombre, alguien decía que el fuego se combate con fuego, aquí no cabe eso, porque si se sigue sistemáticamente atacar al hombre, es atacarse así mismas, la igualdad tiene sus limitaciones para ambos sexos, eso nos queda claro, ¿que no?Espero le haya agradado este artículo… ELRESBALADEROTV, www.elresbaladero.com.mx

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