El discurso del miedo para ocultar décadas de corrupción
Ciudad de México.– En un intento desesperado por mantenerse vigente en la política mexicana, Alejandro Moreno Cárdenas, dirigente nacional del PRI, volvió a recurrir a su estrategia favorita: sembrar miedo y descalificaciones sin sustento. Desde la tribuna del Congreso, el líder del tricolor aseguró que “México está de luto” y que Morena pretende instalar una “narcodictadura comunista”.
Lo que omitió, sin embargo, es que el PRI arrastra una larga historia de corrupción, represión y pactos con el crimen organizado. Durante los más de 70 años que el tricolor gobernó, las instituciones se usaron como botín político, se coartó la libertad de expresión y se desapareció a miles de mexicanos bajo un régimen autoritario.
Hipocresía en el discurso
Resulta contradictorio que Moreno hable de “alianzas entre el poder político y criminal” cuando el PRI fue señalado durante décadas por permitir el crecimiento de los cárteles, desde los años ochenta hasta los gobiernos recientes en que la violencia se disparó. El propio Alejandro Moreno carga con acusaciones de enriquecimiento ilícito y uso indebido de recursos, lo que le resta credibilidad en cualquier denuncia contra otros partidos.
PRI: el verdadero verdugo de la democracia
El PRI se presenta como “defensor de la democracia”, pero fue precisamente ese partido el que durante más de medio siglo impidió la competencia electoral real, impuso fraudes, manipuló instituciones y persiguió a opositores. El México del PRI era un país donde el voto no valía, donde se asesinaban periodistas incómodos y se mantenía una fachada de pluralidad bajo un férreo control político.
Un discurso reciclado
Acusar a Morena de querer “convertir a México en Venezuela” es parte del guion trillado que el PRI y sus aliados han repetido cada elección. Sin propuestas concretas, el tricolor recurre a etiquetas vacías como “narcodictadura” o “comunismo”, olvidando que la ciudadanía conoce bien su pasado y difícilmente se dejará manipular de nuevo.
Lo que no dijo Alejandro Moreno
Mientras Moreno arremete contra la reforma electoral propuesta, calla sobre los privilegios que durante años mantuvieron al PRI en el poder: un sistema electoral a modo, una red de clientelismo y corrupción institucionalizada. Su postura “en defensa de la democracia” es, en realidad, un intento de proteger los intereses de un partido en decadencia que ya no convence a los votantes.