Por Socorro Valdez Guerrero

¿Cuál fue la verdad? En el enfrentamiento de granaderos, alcaldes y legisladores en la Ciudad de México.
Enfrentamiento que se dan en cada rincón del país, y con ellas, mujeres de hoy, ciudadanas o funcionarias que también promueven ¡Violencia!

Una platica informal, vía telefónica, revela lo que no se dijo y él vio la aquel día.
Me llamó sólo para saludarnos y ponernos al día.
Hablábamos de todo y de repente, sin pedirlo, me platica el incidente a las afueras del Congreso local, en la Ciudad de México.

Desmanes que presenció en Donceles y Allende, en el Centro de la ciudad.
¡Ella asestó el primer golpe! Se refería a Sandra Cuevas, alcaldesa de Cuauhtémoc.
Se desvía, un poco y también confiesa su gusto: ¡Está muy guapa! Aunque se nota ¡Cabrona!

Yo estaba ahí y vi cuando se trepó a la valla.
Su gente le gritaba y la alentaba.
Se nota que es de…Fortaleza y determinación.

Nadie se atreve a contar cómo inició todo, no conviene a nadie.
Muchos guardan ¡Silencio! En lo público y en lo privado, se comenta qué sucedió.
Fue un diálogo sin tintes manipulados ni beneficio político o mediático para nadie.
Nada más una platica informal.

¿Lo puedo publicar? Le pregunté.
—Como quieras, pero no digas mi nombre.
No reveles nada de mi.

Estuve ahí y ví como le dio vilmente en la cara.
¡Bájese! Por favor, le gritó a la delegada (alcaldesa Cuevas)
El error, fue pedirlo y tomarla de la pantorrilla.

Ella (Cuevas) perdió el control y sin pensarlo le soltó el madrazo.
Reaccionó como mula.
En la mera jeta le dio. Al parecer era mando policiaco.
Un granadero con grado.

Sandra Cuevas, alcaldesa de Cuauhtémoc, inició todo, afirma sin trastabillar.
Le molestó, la quisiera bajar, y sobre todo le tomara la pantorrilla.
Le tiró, sin pensarlo, el primer golpe en el rostro.
Se lo dio en corto en la cara, al que creo, era un jefe.

Es una lástima que la policía sea tan sumisa ante el poder y agresiva contra el débil.
A otros, hay muchos casos, hasta de robo de radio o cargador le acusan, y los mandan al ¡Reclusorio!
Con ellos, que son autoridad, actúan a tientas y se ¡Arrodillan! Hasta !Educados! Resultan.
Él, sólo pedía bajara de la valla.

Después sobrevino el caos. Todos contra todos.
Los “invitados” a apoyar a Cuevas, ¡se encresparon!
Fue una mezcla de todo.
Por supuesto de prepotencia y enojo.

Más que circo, como dice la Sheinbaum (Claudia), son situaciones reales y cotidianas en una manifestación.
Sólo que ahora les tocó a ellos, los de figura, los del poder.
Por eso el escándalo es mayor, lo aprovecharon todos.
Fue una revuelta en la que perdieron el control y la imagen pública.

También nosotros, el ciudadano común, ¡perdimos!
Nadie lo ve así.
¡Perdimos!, porque a ellos, los de autoridad, los de leyes -legislativo- los ¡Respetan!
A nosotros, el ciudadano, a cualquier acción o protesta, el policía, el granadero ¡Golpea! Sin miramiento.

Abusan de la gente y lo ven normal, nadie se espanta. Nos quedamos con los golpes.
A ellos, les dan, y hacen escándalo.
Con nosotros impune el exceso policiaco y la jefa de gobierno o la fiscal (Ernestina Godoy) ni nos huele ni nos hiede.
Por eso cuento cómo fue, porque aunque no ofrezcan disculpas, a ellos, sí los escuchan.
Tienen cargo y poder que ostentan.

A los demás, sin atención especial y hasta con MP’s despóticos y cómplices con el policía.
A ellas, y ellos, los políticos, atención especializada y aplicación de la ley.
Rápidos para levantar una acta.
Los mismos granaderos cambian de actitud.

Saben quienes eran, por eso no golpearon a la primera, como en otras ocasiones.
Estaban firmes, soportaban los insultos y gritos.
Esa es la otra verdad. La de un espectador, que reconoce y admira a Cuevas.
Que revela: ¡Todos! soltaron madrazos y los granaderos repelían al principio los golpes.

Ahora, claro, se aprovechó el momento.
Hay enojo, porque cuando es contra ciudadanos, son abusivo y prepotentes.
El policía, ¡sabe cuándo medirle!
Muchos policías y granaderos son nefastos, y ¡Mierdas!

Ahora le midieron, había autoridades.
Diputados y delegados (alcaldesas) igual que algunos, abusivos y ¡Arbitrarios!
Ni a ella (Lía Limón, alcaldesa de Álvaro Obregón) le pegaron directamente.
Fue un descuido y por todo el ajetreo, con un escudo le dieron en la nariz.

Primero dijeron que una piedra, después que el tolete y ella, dijo le pegaron dos policías.
No fue así, y lo sabe. Fue con el escudo.
Los otros (Mauricio Tabe y Tania Larios) que se dicen electrocutados, no me consta.
No es defender a unos ni proteger a otros. ¡Es lo que vi! Y te lo platico.

No se vale usar la política y acciones violentas para sobresalir.
Que hagan y beneficien al ciudadano, esa la labor con la que pueden resaltar.
No entrarle como vándalos a los ¡Madrazos!
No juegues, lo falso, fue el llanto de la legisladora “electrocutada”, (Tania Larios).

Unas lagrimitas Lily, planeadas, aunque al parecer, tiene lesionadas las costillas.
Imagina a nuestra representante como niña lloriqueando en tribuna.
Eso es sólo favorecer a unos, y afectar a otros.
Fue un incidente, donde hay que revelar la ¡Verdad! Ahora sí, como dice aquel, el también mentiroso, ¡los otros datos!

Es decir, qué pasó en realidad ese día, porque luego, por esos abusos de poder y mentiras, a nosotros, el ciudadano ¡Nos vejan!
Se desquitan con el débil y se arrodillan con el fuerte.
Ahí están las cámaras. Que las usen y exhiban al que miente, incluso a mi.
Si sirven, que las vean, y comprueben lo que digo. Eso sí es ejercer la ley, y evitar la impunidad.

A veces por esos actos hay odio, y tiranía contra el que pueden.
Por mentirosos, abusan contra el ciudadano común. No solapo eso.
Fui parte de eso, y vi todo. Callaron mucho y aprovecharon todo: la sangre, los “electrocutados”, el “robo de celular” y los ¡Madrazos!

Esa la otra versión.
La de un ciudadano.
Toca a ellos, ellas y su conciencia mover ¡La verdad!
Lo ficticio, la ¡Mentira! Y el uso mediático, a veces daña más.

¿Politiquería o política?
Se expone y el que juzgas, eres tú. Tú, el que analiza en qué beneficia los desmanes de unos y de otros.
Ojalá, hubiera beneficio para el ciudadano, y no sólo en política, ese sería el verdadero ¡Cambio!

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