Por Fidel Nava Altamirano

He comprobado con gran decepción, que quienes admiran e idolatran a AMLO, son personas que prácticamente no leían, ya ni un periódico diario, ni una editorial columna política o un boletín de prensa oficialista. Ante este desconocimiento de la realidad, históricamente nuestros gobernantes han sabido darnos un concepto del poder y autoridad, y construir la verdad con base en una gran mayoría que vive de la esperanza. Sin darse cuenta que la esperanza es el sueño de los que están despiertos, y que confunden la verdad con los afectos.

Ese es el problema de los mexicanos, que nos convertimos en esclavos de un disgusto por la lectura y ahora somos esclavos de tan solo escuchar a criticar lo que otros dicen, a través de las nada benditas redes sociales, que construyen seres humanos incapaces de cambiar lo establecido por otros.

Me da tristeza mi país, me da tristeza que 36 millones de mexicanos voten por la traición, la corrupción, la arrogancia, la arbitrariedad, y todos aquellos vicios de la vieja “política” que ha importado en nuestro país. Pero más tristeza me dan los casi 50 millones de mexicanos que no dieron la cara, que se escondieron, estos millones de mexicanos son seres sin rostro y que únicamente utilizan su credencial de elector para realizar algún trámite administrativo o para comprobar su mayoría de edad e ir a lugares prohibidos para menores de edad como cantinas, antros, o baile de mesa. Estos mexicanos sin consciencia cívica y política dejaron solos a más de 20 millones de mexicanos de connacionales que anhelan por un México más justo, más libre, más igual, que están cansados de la añeja y actual corrupción oficial, y que no aguantan a un ente que dejó de mirar (que dudo que la haya tenido) su propia alma.

Están casados de una miseria humana que lo mejor que hace es denostar, quejarse y culpar de su incapacidad para gobernar, pero además de un ser maquiavélico y ridículo que como doctrina no se cansa de insultar y burlarse de los mexicanos, hoy estos mexicanos que no votaron por MORENA, un partido infestado por corruptos y vividores de otros partidos, esperan que la futura presidente no herede el alma de ese ser miserable, que se siente perfecto, omnipotente y todopoderoso.

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