Por. – Benjamín Bojórquez Olea.

Sic Parvis Magna…

Este título de mi columna de hoy obedece a la grandeza que nace de pequeños comienzos. Es en alusión a sus humildes orígenes de vida y superación personal.

Jesús Valdés es un político de carrera que se transforma en un arma de doble filo para todos los partidos y políticos de Sinaloa, pues hay varias liturgias y expedientes en este proceso electoral, aunque las traducciones de expertos analistas tienen un lema y ese no es otro que dividir el voto y ganarse, además, dos cosas, el voto estructural del tricolor y el voto desgastado del oficialismo. Me explico.

El Partido Verde le apuesta a la descomposición social y al apoyo inmoderado del estado para coaccionar el voto y, de paso, depender de la frescura e itinerancia de Chuy Valdés, pues no es solo el carisma propio sino un coctel de estrategias mucho antes de la acción, como la contaminación política de la oposición y el desgaste natural de Morena, es eso precisamente, robarse el voto derivado del desgaste izquierdista y robarse el voto de las estructuras del tricolor, para tener la oportunidad de llegar al senado como ganador o mejor perdedor, esto último en el peor de los casos.

Primero, lo obvio, aunque las expresiones mediáticas jueguen un papel magnánimo en la actualidad, esta saga política ofrecerá muchos cambios y muchas apreciaciones que implicarán un  reto para la menoría. Sin embargo, el verdadero peso específico se encuentra en la complejidad del presente y la visión del futuro que queremos para nuestro Sinaloa.

Chuy Valdés representa ese punto neurálgico que terminará por arrebatar ese voto que Morena no obtendrá en las urnas, afectando directamente a la oposición: hay sesgos, hay machismo y hay tendencias alimentadas por estereotipos sociales.

Si pensaba la oposición que todo el daño político y estructural que ha provocado Morena y sus aliados alimentados por sus acciones de gobierno iban a conseguir ese voto de decepción, todo indica que ese voto será robado por un partido aliado a la izquierda y, que mejor, que Chuy Valdés, personaje indicado para provocar una inflexión en la lucha por el poder. “Divide y vencerás”.

En pocas palabras, Sir Francis Drake, un pirata ingles que comandó a la marina de las islas inglesas contra los españoles en su batalla por las costas del continente Americano. Era, depende del bando en que estuvieses, un héroe o un villano. Más allá de eso, es el lema de uno de los piratas más grandes de la historia, por mucho que tuviese también el título de caballero. Así se asemeja no solo la jugada política en vísperas al 2027, no solo dividir y esconder el botín, sino también arrebatarle a la oposición ese mismo voto de desgaste natural, y con ello, terminar con los sueños de la candidata aliancista Paloma Sánchez, incluso, de no llegar al senado como mejor perdedora, esto se prestaría asegurar dos posiciones e incluso ganar carro completo que serían tres sinaloenses aliados de Morena, para transformar leyes y reformas de ley que empujen a un cambio radical en los tres órdenes de gobierno.

Pero lo cierto es que la clave de Chuy Valdés no está tanto en que fuese un lema utilizado (que no inventado) por la célebre insignia política del país, sino más bien a lo que ha acabado significando para la saga política de “Sinaloa”. Al contrario, Chuy Valdés es un político que muchos lo consideran actualmente huérfano, pero, en mi opinión, está inspirado para la grandeza de los humildes, de quien coge el apellido, pero también el lema de su campaña. Sin duda va de menos a más, pero si a mitad de campaña no prende lo necesario terminará ahogándose en las islas en donde el pirata ingles escondió el tesoro pirata más grande de su historia. Lo relevante es que Paloma Sánchez no llegue al senado por ninguna de las dos vías. Esa es la cuestión.

GOTITAS DE AGUA:

Chuy Valdés es un aventurero destinado a la leyenda, al triunfo, a las grandes cosas. Ese que “la grandeza proviene de lugares pequeños”, es el leitmotiv que lo empuja a seguir adelante contra los mayores retos, creyendo en sus posibilidades de triunfar. Su lema de campaña “amor, libertad e igualdad” explica la grandeza para transformarse en un arma de doble filo, acabar con la oposición y enterrarlos entre su oro y sus trampas.

En definitiva, “Sic Parvis Magna” es un instrumento político muy valioso en la búsqueda de tesoros políticos y también el lema que mueve su destino, para mal y para bien. “Si cierran la puerta, apaguen la luz”. “Nos vemos Mañana”… 

Comentarios

Comentarios