El rumbo de Angostura:
Cuando las máquinas callan a los detractores…
Por. – Benjamín Bojórquez Olea.
En la arena política, la crítica es no solo válida, sino necesaria. Sin embargo, en ocasiones, la oposición cae en un juego absurdo de descalificaciones sin sentido. La reciente adquisición de maquinaria por parte del Ayuntamiento de Angostura es un claro ejemplo de cómo algunos sectores políticos se contradicen hasta el punto del absurdo: cuando no hay infraestructura, critican la inacción; cuando hay obra pública, buscan desacreditarla a toda costa.
Es un hecho incuestionable que renovar el equipamiento municipal es esencial para mejorar la calidad de los servicios y optimizar los recursos del gobierno local. Aun así, el hermetismo inicial con el que se manejó con secrecía la información sobre esta adquisición abrió la puerta a suspicacias. El gobierno municipal encabezado por Alberto “el Capy” Rivera aseguró que haría públicos los detalles financieros una vez concluida la instalación del equipo. ¿Es esto una estrategia prudente para ganar tiempo o un error de comunicación? El tiempo lo dirá, pero lo que sí es claro es que la oposición ha aprovechado cualquier resquicio para sembrar dudas y desacreditar una acción que, en el fondo, beneficia a la población.
Es llamativo cómo algunos aldeanos críticos locales e incluso voces con intereses externos parecen oponerse sistemáticamente a todo lo que implique progreso. No se trata de fiscalizar con responsabilidad, sino de obstaculizar por obstaculizar. Se han vuelto prisioneros de su propio discurso: si el gobierno no hace, es ineficiente; si hace, es corrupto. Esta narrativa desgastada deja entrever que, más que una preocupación genuina por el destino de Angostura, hay un interés político por desestabilizar cualquier iniciativa que no provenga de su propio espectro ideológico.
Gobernar no es un ejercicio de complacencia, sino de determinación y visión estratégica. La administración de “el Capy” Rivera ha apostado por hechos concretos, y ante la mezquindad de aquellos que intentan deslegitimar cualquier avance, la mejor respuesta es clara: seguir trabajando. Porque cuando las acciones hablan, las críticas sin sustento se convierten en ruido de fondo. Y en la política, como en la vida, el ruido se desvanece cuando el progreso es evidente.
GOTITAS DE AGUA:
En conclusión: Lo paradójico de esta situación es que la oposición se queda sin argumentos cuando la realidad los desmiente. Cuando una obra beneficia directamente a la población, cuando la mejora es tangible y cuando la comunidad reconoce los avances, los detractores pierden su discurso. En su desesperación, recurren a teorías de conspiración, a falsas acusaciones y a señalamientos sin sustento, evidenciando su falta de propuestas reales. Es el reflejo de una política que ya no busca construir, sino solo destruir. “Si cierran la puerta, apaguen la luz”. “Nos vemos mañana”…
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