Por. – Benjamín Bojórquez Olea.
Ricardo Madrid Pérez:
El diputado que habla con la gente…
En medio de un panorama político marcado por la confrontación y el descrédito, resulta refrescante hablar de figuras que encarnan una nueva narrativa. Ricardo Madrid Pérez, joven diputado federal y dirigente estatal del Verde en Sinaloa, aparece como un símbolo de renovación. Su trayectoria aún corta, pero intensa, no es un ejercicio de poder vacío, sino una invitación a repensar qué significa hoy hacer política en un país que exige más futuro que pasado.
Lo acusan de haberse movido de un bando a otro, como si el dinamismo político fuese pecado. Pero quizá lo que realmente incomoda es que su visión no cabe en las fronteras tradicionales de los partidos. Ricardo Madrid Pérez ha logrado que su nombre suene no por escándalos ni intrigas, sino por propuestas concretas, tan simples y profundas como aspirar a calles limpias, parques vivos y una educación ambiental que germine en las escuelas. En esas ideas aparentemente “pequeñas” se esconde la grandeza de lo esencial: una política que siembra vida en lugar de disputarse cargos.
Lo que lo distingue no es únicamente su juventud, sino su manera de entender la política como diálogo. No confronta por el simple hecho de oponerse; propone. No habla para imponerse; escucha. Ese talento comunicativo, que responde a los sentimientos de quienes lo rodean, se convierte en un recordatorio de que el liderazgo verdadero no se mide en gritos ni en descalificaciones, sino en la capacidad de traducir emociones colectivas en proyectos comunes.
Ricardo Madrid Pérez encarna lo que podría ser un nuevo pacto generacional: menos trincheras ideológicas y más puentes sociales. Su estilo, todavía en ciernes, nos hace reflexionar si la política del futuro no estará precisamente en esas manos jóvenes que, lejos de repetir fórmulas caducas, se atreven a plantear que los parques, las calles y las escuelas son tan revolucionarios como cualquier reforma estructural.
Porque al final, la política no es otra cosa que la construcción de destino colectivo. Y si ese destino se escribe con la tinta de la sensibilidad, la inclusión y la visión ciudadana, tal vez figuras como la del diputado Ricardo Madrid no sean simplemente jóvenes promesas, sino el recordatorio de que aún es posible creer en la política como un acto de esperanza.
GOTITAS DE AGUA:
Ricardo Madrid Pérez es un joven político que destaca por su cercanía y sensibilidad humana. No busca confrontar, sino dialogar y construir puentes que unan a la sociedad. Su estilo refleja una visión fresca y propositiva, alejada de la política del desgaste. Ha demostrado tener una habilidad natural para comunicar ideas con sencillez y profundidad. Sus propuestas nacen de un sentido genuino de servicio público, no de intereses personales. Se enfoca en causas esenciales como espacios públicos dignos, educación ambiental, en la juventud y cultura ciudadana. Lo distingue una honestidad intelectual que incomoda a quienes viven de la simulación política. Es un joven con visión, entusiasmo y ahínco, convencido de que la política y la itinerancia pueden sembrar vida. “Si cierran la puerta, apaguen la luz”. “Nos vemos mañana”..
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