Por.- Benjamín Bojórquez Olea.  

Lo que no ven los ediles…  

Las autoridades locales deberán enfrentar las secuelas sociales y económicas de la pandemia. En algunos casos, la tiranía de alcaldes reelegidos en nuestra entidad refleja una parálisis social entre la misma sociedad. La pandemia aún no termina, aunque en países particularmente en vías de desarrollo se encaminen a la apertura total de sus economías por obvias razones que obedecen al nivel de pobreza que existe en la población de países de América Latina.

No importa que los esfuerzos se orienten a dar certeza de un futuro prometedor y esperanzador, la realidad es que no hay certezas y en el imaginario colectivo está fija una sensación de incertidumbre hacia el futuro a mediano y corto plazo. Las autoridades locales que tomarán protesta el próximo primero de noviembre para el periodo 2021-2024, habrán de enfrentar las secuelas sociales y económicas que ha dejado la pandemia.

Al ser las autoridades las más cercanas a la ciudadanía, habrán de enfrentar varios retos en estos nuevos tiempos que enfrentamos en el país y en el mundo. Como uno de los principales es que el humor social es mucho más iracundo que en épocas pasadas, la crisis social y económica que dejó, y que sigue dejando esta pandemia llevan por un camino nada fácil de recorrer porque a todos los sectores ha perjudicado estas secuelas. Es decir, no está sectorizada la crisis con algún grupo socioeconómico en particular, sino generalizada en todos ellos.

Así que, el primer reto es que habrán de enfrentar es un humor social irritable en una ciudadanía demandante de soluciones inmediatas, incluso si existen situaciones que no necesariamente corresponden a una autoridad local. Las administraciones municipales son, por llamarlo de alguna manera, la cara más expuesta de los gobiernos y poderes ante la población. Tendrán que ser muy eficaces y eficientes al dar resultados a corto plazo, casi de manera inmediata para poder contrarrestar la exigencia social que mantiene en una ebullición a varios sectores políticos, económicos y sociales.

Una verdadera bomba de tiempo será la que enfrenten los gobiernos municipales entrantes y tendrán que echar mano de todas las capacidades y la suma de esfuerzos para trabajar a marchas forzadas para dar soluciones inmediatas. Esta es una nueva era.

La emoción colectiva está más encaminada a expresiones negativas, aunado a la aceleración del uso de las redes sociales que con la pandemia fue exponencial. Y como una nueva era, los lenguajes de cada una de las plataformas son distintos y cada sector también es diferente, no solo por grupos de edad sino por grupos estratificados en gustos particulares, preferencias y necesidades específicas, edades, entre otros muchos. Ante la aceleración de los usuarios de las diferentes plataformas digitales, la manera de comunicar a las y los ciudadanos por parte de las nuevas autoridades locales deberá tener un gran ingrediente de estrategia y de creatividad.

Se enfrentan a ya de por sí una apatía política que prevalecía antes de la pandemia la cuál ahora será exponencial. Así que, si no generan estrategias comunicacionales acordes a los nuevos tiempos de esta nueva era, corren el riesgo en el mejor de los casos, a ser ignorados y en el peor de los casos, a enfrentarse a una sociedad enardecida y ávida de soluciones inmediatas. “Así de sencillo”.  

GOTITAS DE AGUA:  

Por cierto, el alcalde electo de la ciudad cañera de Los Mochis, Sinaloa, Gerardo Vargas Landeros, pone en absoluta evidencia a los demás alcaldes y alcaldesas electos de nuestra entidad, pues la estrategia implementada mucho antes de tomar protesta como alcalde, pone en evidencia las carencias de los 17 restantes ediles electos del estado, pues desde que se dio a conocer oficialmente como alcalde de dicha ciudad cañera el objetivo de Gerardo Vargas Landeros ha sido los encuentros con distintos actores políticos de oposición y sectores y organizaciones sociales, lo que indica pues, que la mano izquierda y generar un ambiente menos hostil en su gobierno es prueba fehaciente del manejo político al que enfrentará y acordará, muy en ello, los demás compañeros ediles debieron copiar este modelo estratégico del edil electo mochitense.

Lo cierto es, que líneas arriba comento las estrategias que los alcaldes deberían tomar para ejercer un gobierno más socializado e incorporado a la nueva era de la política actual. Gerardo Vargas Landeros, se le ve ecuánime e incluyente en su manejo político, pues la experiencia de sumar e incorporar a esa clase ideológica que no comulga con su orientación política habla bien de este personaje mencionado.

De tal manera, Gerardo Vargas Landeros, abre un panorama en la cual trabaja en la generación de paz y buen manejo político, consecuencia que el mismo resto de los alcaldes y alcaldesas electos de nuestra entidad no han cambiado su postura de odio hacia las demás plataformas políticas de oposición. Acariciar a tus contrincantes políticos no te hace menos fuerte, sino te hace más astuto. Y recuérdenlo muy bien, “la política une y separa”. “Si cierran la puerta, apaguen la luz”. “Nos vemos Mañana”…                                                                                                          

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