Durango, Méx.- Alejandro Moreno, líder nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI), volvió a desplegar su característico discurso de unidad y grandeza durante el “Encuentro Priista 2025, ¡Volver a ganar!”. Sin embargo, detrás de los aplausos y las frases triunfalistas, surgen cuestionamientos sobre la verdadera capacidad del PRI para responder a las demandas de la ciudadanía, especialmente en un contexto de desconfianza generalizada hacia el partido.

Acompañado del gobernador Esteban Villegas Villarreal y otros personajes priistas, Moreno afirmó que el PRI es sinónimo de resultados, progreso y cercanía con la gente. Sin embargo, estas declaraciones contrastan con el legado de escándalos de corrupción, crisis económicas y políticas fallidas que marcaron las últimas décadas de los gobiernos priistas.

¿Compromiso o simulación?

El evento, en el que Daniela Soto asumió como nueva presidenta del Comité Directivo Estatal del PRI en Durango, fue descrito por Moreno como un hito que fortalece al partido en la entidad. Sin embargo, los resultados reales en la gestión de Esteban Villegas han dejado mucho que desear, con críticas sobre la falta de acciones contundentes para resolver problemas como la inseguridad, la pobreza y la corrupción en el estado.

Alejandro Moreno aseguró que el PRI está “listo para ganar” en Durango y a nivel nacional, prometiendo “orden, capacidad y visión”. Pero, ¿no es el mismo PRI el que ha perdido terreno por su desconexión con las necesidades reales de la ciudadanía? Los triunfos a los que se refiere parecen más un eco del pasado que una realidad alcanzable en el presente.

Promesas recicladas y la sombra del pasado

Frases como “con unidad, fuerza y convicción, vamos a ganar” y “seguiremos construyendo grandeza” parecen sacadas del manual de discursos del PRI de los años 90. Para muchos, este tipo de retórica no hace más que subrayar la incapacidad del partido para renovarse y conectar con un electorado que busca cambios reales y soluciones tangibles.

Mientras tanto, el PRI sigue cargando con el peso de una percepción pública negativa. Los intentos de Alejandro Moreno por proyectar una imagen de fortaleza y cohesión parecen poco convincentes frente a las divisiones internas y las múltiples acusaciones de corrupción que persiguen a su liderazgo y al partido en general.

El PRI en Durango: ¿un futuro incierto?

Si bien el evento en Durango fue presentado como un impulso para el priismo estatal, queda claro que el partido enfrenta retos monumentales para recuperar la confianza ciudadana. Las grandes palabras no serán suficientes para convencer a un electorado cansado de más de lo mismo.

La pregunta ahora es si el PRI podrá reinventarse de manera auténtica o si seguirá aferrándose a un discurso que cada vez resuena menos entre los mexicanos. Alejandro Moreno puede prometer triunfos y “grandeza”, pero la realidad exige resultados, y el PRI sigue lejos de ofrecerlos.

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