Por: Lourdes Zamora

Las casillas electorales cerraron a las 18:00 horas y este proceso electoral ha marcado la historia electoral del país, pues como nunca, o por lo menos desde el comienzo de este siglo, se había notado gran participación ciudadana en materia electoral, la cual había sido opacada por la indiferencia ciudadana. Sin embargo, en estas elecciones los ciudadanos cambiaron el desdén por la participación, pues hasta el cierre de esta longeva jornada electoral, la población dio muestra del interés que tiene por el futuro de su país mediante el ejercicio democrático, tal vez con la esperanza de que la situación del país cambié para bien de todos.

Durante esta jornada electoral también hubo reclamos y desorden social, sobre todo en la urnas especiales, pues en la mayoría de estas las boletas destinadas, que por ley son únicamente 750, resultaron insuficientes y los ciudadanos manifestaron su enojo en la forma que ya todos conocemos. La interacción en redes sociales también estuvo activa, pues entre personas alterando las boletas y detenidos por intento de compra de votos el proceso los diversos comentarios y opiniones no se hicieron esperar. Como haya sido, fue notoria la participación ciudadana en este ejercicio democrático, en el que se espera un resultado real y alejado de los métodos tradicionalistas de fraude y de la famosa frase de la que se han colgado militantes prianistas “haiga sido, como haiga sido.”

 

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