Por Alex Espinosa

A diez años de la implementación del Nuevo Sistema de Justicia Penal; Carlos Macedo Aguilar, considerado “Padre del juicio oral en México”, considera que no ha habido avance alguno para el sistema.

Dijo que el cambio ha sido muy lento. La proyección que se había hecho del nuevo sistema penal estaba contemplada para realizarse en tres etapas, pero según Carlos Macedo no se ha podido sobrepasar la primera, que consta en la integración de tribunales y la creación de un código general.

Respecto a la segunda etapa, que refiere el cambio de Procuradurías a Fiscalías, considera grave que se haya malogrado esta parte: “es una toma de pelo que los estados manejen que ahora son fiscales cuando lo.único que han cambiado es el nombre”, puntualizó.

Para finalizar la segunda etapa, según Carlos Macedo, debería haber una total autonomía de las fiscalías. Desde lo más básico, como el patrimonio propio, hasta la elección de su dirigente. Ser autónomo significa que el ejecutivo no puede interferir en su nombramiento ni necesita la aprobación del legislativo.

Sobre este asunto aclaró que el Estado de México no ha tenido un gran avance. Prácticamente lo único logrado en la entidad es el cambio de nombre que ya se mencionó, pues no hay autonomía en las fiscalías y lo que anteriormente eran los “ministerios públicos” siguen actuando de la misma manera.

Resaltó que el cambio verdadero se logrará cuando a nivel nacional, el Fiscal General obtenga la independencia para trabajar, y este a su vez, dote de autonomía a los fiscales estatales.

Aun así, el académico observa que la forma actual del sistema afecta en la práctica a muchos abogados, principalmente porque no hay una actualización por parte de los litigantes a las nuevas lógicas de este sistema.

Dijo que anteriormente el 93% de los casos penales los trabajaban los abogados, y en la actualidad, el 98% de estos casos de defensa los llevan a cabo defensores de oficio. Esta situación afecta gravemente a la práctica de derecho.

Agregó que la defensa penal se había convertido también en un trabajo de alto riesgo, afectando también la ética de los abogados: “si no los defiendes, ya tienes de enemigos a la organización. Si los defiendes, te tienes que vender a ellos”.

La solución que propone Macedo Aguilar para contrarrestar la situación y de paso ayudar a la consolidación del nuevo sistema, es la capacitación de los abogados, que permita la correcta acción de ellos. Otra alternativa es la agrupación de los mismos para poder tratar los temas de complicación en la práctica.

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