Por Alma Violeta Castillo Ambrosio

Caminando con una sonrisa en el rostro llega Pameli al punto acordado. Mide aproximadamente 1.60, complexión delgada, cabello teñido de rojo libre y rebelde. Nos saludamos como dos amigas que tienen tiempo sin verse y están por tener una charla, acompañadas de un café. El ambiente alrededor es libre y seguro, como ella, así que nos sentamos sintiendo el césped y respirando el puro y casi fresco aire, sabíamos que no conocíamos mucho una de la otra, pero eso no impide que la charla fluya como agua que lleva el río.

-¿Cómo estás? – Digo

-Muy bien, gracias y ¿Tú? -Responde alegremente y sus ojos se expanden haciendo que el día brille más, es imposible no notar aquella felicidad, seguridad y alegría al momento de mirarla.

Busca entre sus cosas y saca un cigarrillo, pero antes de prenderlo pregunta si tengo inconveniente, mi respuesta es no, así que prosigue a contar su transición de hombre a mujer en la que el punto importante de cada capítulo en su historia que todavía sigue escribiéndose no es el orden de estos, si no la esencia, la búsqueda, la rebeldía, el encuentro.

El descubrimiento

“Pues digamos que toda mi vida eh, de cierta forma, supe que tenía ciertas conductas y rasgos que se asocian más con el lado femenino de la sociedad, pero pues nunca le hice caso, fue hasta que estuve en la universidad que me atreví a experimentar con mi cabello, con el maquillaje y me di cuenta de que, pues era como mi destino, que había nacido para verme de cierta forma y para ser de cierta manera”, dice Pameli mientras toma una bocado de aire, advirtiendo que lo próximo que dirá, es algo que ya ha tenido que explicar a más de una persona-  confrontar  a mi familia a mis amigos, comencé a vestirme de manera femenina, y a salir a la calle, al principio fue difícil pero la sociedad toluqueña ayudó a que fuera más fácil porque considero que hay un alto nivel de indiferencia ante la individualidad … como que les vale”

Pameli sabe vive, y convive con personas toluqueñas que muchas veces son vistos como fríos, distantes, sin embargo, al ellos estar acostumbrados a percibirla por su apariencia  tienen una revolución al ver que se cambian aspectos de su vida, y si bien no la excluyen a gritos, sí desgarran su identidad con las púas de la ignorancia e indiferencia

“Hay muchas burlas y hay muchos grupos de críticas a la comunidad transgénero… pero no lo manifiestan en público. Por otro lado, en la escuela hay una carencia de reconocimiento a la identidad de las personas. Sí, gente que se equivoca al referirse a ti  y esto ocurre estando en un nivel universitario en donde hay estudios y materias dónde se habla tanto al respeto a los derechos humanos como  de la raíz de la diversidad de género, entonces pues sí es un poco irónico y eso lastima… es una forma de microviolencia o microdiscriminación”.

La transición

Acostumbrados a ignorar pero señalar a los demás, a corroer su vida, consumir su energía y contagiarlos de todo lo negativo, no dejando que las almas se liberen, los espíritus convivan y la escencia de cada uno sea lo que quiera ser. Un acto de valentía es hacer frente a todo ello para encontrarse a uno mismo, “salir del clóset”, pero más que eso, dejar que la verdadera identidad cubierta por la máscara de una apariencia distinta pueda relucir y ver el mundo verdadero, así es como se vive

“La transición es lenta, es que… la transición realmente no ha terminado y nunca termina porque eso es precisamente lo que significa ser transgénero si no simplemente sería una mujer y ya pero eso no, no sucede porque pues cambiar de género es algo que dura toda la vida, y quizás en algún punto tal vez en un momento a partir de  la infancia se empiece a aceptar que cada quien elija la identidad que quiere tal vez podamos comenzar a hablar de hombres o mujeres otra vez, pero mientras tanto pues es algo que perdura toda la vida de la persona trans. Vivo con mi mamá, le sorprendió demasiado y sobre todo no tuvo la información suficiente para aceptarlo de inmediato o reconocer de que se trataba entonces hasta la fecha le sigue costando un poco de trabajo entender, pero me sigue apoyando”

El entorno

Ya que el sol ha salido y las nubes de la mente se han despejado queda una duda en este proceso, y abrir el tema de la comunidad lgbt ella sabe da para una charla de horas y horas, casi podría decirse interminable, y ya que no se puede dar algo por hecho de lo que no se está seguro, más vale preguntar sobre algo que sería obvio para los demás… ¿Se siente representada por la comunidad LGBT?

Al escuchar la pregunta, era notorio que sería su respuesta más larga, y la duda había surgido porque muchas personas no se sienten “representadas” como tal: “Sí mira, yo me siento parte de la comunidad LBGT, pero como estudiante y como universitaria no me gusta pertenecer a ningún movimiento en específico, ni clavarme con una escuela de pensamiento ni mucho menos”.

Entonces, agrega “aunque sí me siento representada por la comunidad LBGT, no estoy digamos en pro de todas sus actividades, de la agenda, la famosa agenda, de la forma en la que se representa a la comunidad LGBT en los medios de comunicación, se me hace algo que desvirtúa completamente al individuo porque en los medios te presentan la imagen en este caso de una mujer transgénero que es semiperfecta en facciones, en estilo en personalidad etc. Y por ejemplo yo no me siento identificada con ese estereotipo de mujer transgénero porque para mí eso es más que ser transgénero, busca ser una mujer “normal” una mujer cisgenero, y eso para mi no es la búsqueda de la comunidad trans, entonces eso a mí no me gusta, yo no estoy de acuerdo con eso y no lo apoyo”.

“En cuestión de marchas movimientos tampoco soy muy de eso, porque la historia nos dice que las cosas van cambiando entonces, sí estoy en pro de que la sociedad se manifieste sea de la comunidad que sea pero también sé que las cosas van cambiando con el tiempo y que pues también hay que analizarlas y contemplarlas desde otro punto de vista además que hay un poco de estigmatización dentro de la comunidad porque muchas veces dentro de la comunidad se asocia la identidad trans como un signo de que eres propenso o propensa a la prostitución, o sea muchas veces dentro de la misma comunidad trans piensan que eres prostituta y yo admiro a las prostitutas pero digo yo no soy”

La libertad, el encuentro con tu propio ser, y el reconocimiento de tu identidad es de lo que se trata, no le gustan las etiquetas, ella quiere ser ella y no tener que cumplir con cierto número de requisitos “Quiero ser yo y quiero que cuando llegue el día de rendir cuentas de ver qué es lo que hice sea porque yo lo hice porque quise y pues en el nivel que yo quise y a mi ritmo y muchas personas critican eso claro, pero pues cada quién…”

Entonces no puedo evitar que un fragmento de la canción de Víctor naranjo- imperfecta mujer venga a mi mente aterrice en mi mente encajando como la nota faltante y que resume esta historia “Imperfecta mujer, que decides por ti, qué bien te sienta tu nueva piel, ¿Quién es perfecto? ¿Qué es la belleza? exploró el mundo y a su gente, alguno que otro colchón, más su sueño era compartir su corazón.”

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