Redacción

Ciudad de México.- La ansiedad puede confunde confundirse con estrés, porque ambos se traslapan. Lo común es que manifestemos este último, el cual es habitual e implica adaptarse a un cambio. No obstante, si no se maneja adecuadamente puede llegar a esa preocupación y miedos intensos, destacó el académico de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM, José Alfredo Contreras Valdez.

La ansiedad, se trata de un sentimiento de temor e inquietud, por el cual las personas desarrollan temor exacerbado a lo que les rodea: pensamientos catastróficos, incertidumbre, irritabilidad, enojo, preocupación. Así como algunos síntomas físicos: sudoración, aceleración de la respiración y latidos cardiacos, bochorno y falta de aire, afirmó.

Además, también causa alteraciones en lo que pensamos y propicia la activación y sobrecarga de diversos sistemas del cuerpo, por lo que se generan síntomas fisiológicos, añadió el catedrático durante una ponencia para el programa a distancia Café Expreso, Humanidades en Diálogo, de la FP.

Comentó que la ansiedad puede tornarse un incapacitante, sobre todo cunado se desarrolla trastorno de pánico, donde las personas tienen ataques repentinos de miedo intenso sin haber peligro aparente, los cuales pueden durar varios minutos.

Señaló que incluso puede desarrollarse fobias a algo que representa poco o ningún miedo real, como a arañas, volar o estar en lugares concurridos, lo que también se conoce como ansiedad social.

Para combatirla se sugirió cuidar la alimentación, dormir bien, practicar un deporte, hacer ejercicios de respiración, identificar los pensamientos negativos y cuestionarlos, e interpretar los problemas como un desafío y no una amenaza.

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