• Es imprescindible evitar, antes de dormir, el uso de dispositivos electrónicos, el consumo de alcohol, cafeína y la ingesta copiosa de comida, con el propósito de lograr un descanso profundo y regenerativo.  

Toluca, Méx. –  Ante la pandemia de COVID-19, las personas deben fortalecer su sistema inmunológico y para ello, es importante priorizar la denominada higiene del sueño, indicó el especialista de la Universidad Autónoma del Estado de México, Héctor Manuel Tlatoa Ramírez.  

El coordinador del Centro de Medicina de la Actividad Física y el Deporte de la UAEM dictó la conferencia virtual “Higiene del sueño para una calidad de vida”, en el marco de las actividades de capacitación que la Secretaría de Rectoría realiza para el personal administrativo de esta casa de estudios.  

El experto subrayó la importancia de la calidad del sueño, debido a que el ser humano pasa un tercio de su vida durmiendo, lo cual permite la regeneración y el descanso para realizar actividades cotidianas de manera eficaz.  

En ese sentido, Tlatoa Ramírez señaló que para la higiene del sueño es imprescindible evitar, antes de dormir, el uso de dispositivos electrónicos, el consumo de alcohol, cafeína y la ingesta copiosa de comida, con el propósito de lograr un descanso profundo y regenerativo.  

Detalló que en promedio, los seres humanos deben dormir ocho horas diarias, manteniendo un horario fijo para despertar y acostarse, así como procurar espacios con oscuridad que permitan el cumplimiento de las fases del sueño y, de esta manera, fortalecer el sistema inmunológico, regenerar células y descansar de forma óptima.  

“Un buen descanso coadyuva con un ideal funcionamiento del organismo, el fortalecimiento del sistema inmunológico, la salud de la microbiota, a contrarrestar la obesidad, reestablecer y conservar la energía, eliminar radicales libres, regular la actividad eléctrica cerebral, la regulación térmica endócrina, a tener excelente memoria y almacenar todo lo aprendido durante el día”.  

Héctor Manuel Tlatoa Ramírez puntualizó que cualquier trastorno del sueño dobla el riesgo de infarto al miocardio y aumenta el riesgo de accidentes cerebrovasculares hasta cuatro veces.  

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